La gasolina nunca costará medio dólar en México

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Los precios de los combustibles ya no bajarán, por lo menos no durante la próxima década en nuestro país. Por el contrario, continuarán aumentando, ya que dependen de la inflación, de los precios de referencia en el mercado de EU, y de la decisión que tome Hacienda cada semana, para mantener un precio que permita obtener una recaudación de impuestos, vía IEPS.

Texto: Ramsés Pech – Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitectos

En dos años (del 2018 a 2022), el precio de los combustibles en México han incrementado hasta llegar a precios corrientes por litro de:

  • Gasolina Regular: 16% 
  • Premium: 17%
  • Diesel: 17%

Este dato fue confirmado por parte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, y en conjunto con los datos registrados por parte de la Comisión Reguladora de Energía, CRE, la Profeco, así como la  Secretaría de Energía, quienes identificaron tales incrementos en los precios corrientes.

En las últimas semanas se ha comentado acerca de la disminución en el precio de los combustibles, pero el valor demostrado no es real para el consumidor, ya que éste paga el precio al final de la cadena del precio unitario, generador de la demanda y el mercado.

Esto sucede porque en México no hay un mercado abierto real, somos un país que no importa más de 95% para su mercado para controlar los costos que suman el precio final. La realidad es que tenemos un mercado abierto controlado, en el que el precio representa solo impuesto por el gobierno.

En 2020, el consumidor pagó una mayor cantidad de impuestos en la gasolina regular, ante la caída del precio del barril de petróleo, y en 2022, el Gobierno tuvo que dar subsidios para mantener el precio por debajo de la inflación observada.

En un estudio reciente del Centre for Economic Policy Research, indica que en un mercado abierto real como el de EU, un aumento del 1% en el precio del crudo se traduce en un incremento del 0.6% en el precio de la gasolina, lo que reduce aún más el impacto de los precios del crudo en la inflación. El estudio sugiere que un aumento inesperado en el nivel de los precios de la energía, por sí solo no crea una inflación persistente. Solo crea un bache en el tiempo en la tasa de inflación. En otras palabras, las presiones inflacionarias en los datos mensuales, disminuyen tan pronto como cesan los choques positivos en el precio de la gasolina. Pero esto no sucede en México, ya que si afecta el aumento en las mercancías.

Los precios de los combustibles se miden a precio corriente (precio que pagas en la estación de servicio) y no a precios deflactados, los cuales son resultado de una operación matemática, centrada en conocer el valor real eliminando posibles desviaciones. 

Acaso, cuando vamos a comprar en la estación de servicio, ¿le pedimos al despachador  el litro a precio deflactado, para poder tener un valor por debajo del mercado? Esto no es así, pagamos la suma de todos los costos que son adicionados para que el producto llegue, desde la refinería (fuera o dentro de México) hasta el punto de venta.

Otro dato que hay que dejar claro: antes de la reforma energética, los precios para  que el consumidor  tuviera acceso a los combustibles eran subsidiados, y el Gobierno tenía que sacar de los ingresos recursos para poder mantener el consumo constante. Después del 2015, los gobiernos han estado beneficiados al, ahora, tener ingresos que son usados para el gasto corriente de la nación y sus municipios. ¿Sabes en que se usan? 

Para bajar los precios de los combustibles pueden ocurrir varias cosas, la primera eliminar el IEPS, llegar a ser autosuficientes o usar biocombustibles.

Hoy un sector que puede ayudar a mejorar los combustibles, es el sector agrícola en la parte de la producción de caña de azúcar.  

La caña de azúcar es un importante motor económico y se debe aprovechar de la mejor forma en beneficio de agricultores y mexicanos que dependen de esta industria.

  • Existen más de 800 mil hectáreas cultivadas en 267 municipios de 15 estados del país. 
  • Es decir, si se incrementa su productividad y competitividad, a través de la diversificación del cultivo, el beneficio será para más de 2.5 millones de personas que dependen de la agroindustria de la caña de azúcar.
  • México es el séptimo país en cuanto a producción y exportación de azúcar a nivel mundial.
  • Según el Pronac 2021-2024, la producción de etanol a partir de caña de azúcar es una alternativa sostenible para la diversificación de la agroindustria cañera, al tener un amplio potencial de mercado como alternativa al oxigenante metíl-ter-butíl-éter (MTBE), usado en las gasolinas del país que se importa de EUA.

Producir etanol con la caña de azúcar, puede ayudar a bajar el precio de los combustibles y generar un ahorro de 70 centavos por litro en la gasolina, de acuerdo con un estudio realizado por Biomovilidad.

Imagina, al eliminar el IEPS y usar etanol, tendríamos entre 2 a 4 pesos menos al precio corriente que tenemos hoy día, esto podría bajar la inflación subyacente y por ende bajar a la general. El dinero que Hacienda dejara de recaudar podría ser recuperado por medio de inversiones directas en el sector energético, y esto podría incrementar los impuestos al haber nuevas empresas que pagarían impuestos.

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