¿Cómo podemos reducir nuestro impacto ambiental mediante el uso de la firma electrónica?

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En los últimos años,la sostenibilidad pasó de ser una palabra de adorno a un asunto estratégico entre las empresas, pues cada vez más son las entidades, gobiernos y personas que nos reclaman como compañías una contribución positiva al planeta, especialmente en términos de impacto medioambiental.

De hecho, en sintonía con este tema y teniendo en cuenta las preocupaciones que genera el cambio climático y otros fenómenos, en regiones como Europa, casi un tercio de las empresas grandes se han comprometido a lograr cero emisiones netas de carbono para el 2050, de acuerdo con Accenture. Asimismo, en otros continentes, las compañías han dedicado sus esfuerzos en apostarle a la digitalización y con ello, desincentivar el uso del papel y otros materiales utilizados para trámites corporativos.

Por Luis Miguel González, director general de AutenTIC

En ese orden de ideas, y por poner un ejemplo, la implementación de la firma electrónica en una compañía que antes utilizaba cerca de 20 mil hojas al mes podría salvar alrededor de 20 árboles y evitar el uso de hasta 8 mil litros de agua.

El uso del papel es un asunto que responde a dinámicas del pasado. Ahora son más las empresas que miran con buenos ojos los beneficios de la firma electrónica, ya que no sólo facilita los procesos en términos de tiempo, sino que contribuye a la reducción de impactos medioambientales negativos.

No obstante, aún son muchas las empresas que gastan papel de manera indiscriminada. Pensémoslo así; por cada dos resmas de papel que dejemos de utilizar, podemos preservar un árbol y ahorrar el gasto de alrededor 400 litros de agua. No sigamos usando papel.

Pero, ¿cuáles son esos sectores en el país donde más se ha implementado la firma electrónica? De acuerdo con datos de AutenTIC, el liderazgo lo sostiene el sector financiero y el inmobiliario, industrias donde esta herramienta es usada en su mayoría para firmar contratos, acuerdos o formularios de cualquier índole.

Si bien la firma electrónica es una herramienta que con el paso de los años, especialmente durante la pandemia y la nueva normalidad, ha ganado terreno en la mayoría de las industrias de la economía mexicana, todavía queda un camino largo que recorrer en términos de implementación en sectores como el de gobierno y público, donde aún faltan muchos avances en materia de digitalización y tramitología, que de ser implementados, podrían generar cambios realmente significativos en la huella que dejamos en el planeta.

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