Energía en tiempos de Covid-19

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Por Jessica Montúfar Bolio

Actualmente parece ser que nuestras vidas se encuentran en un limbo en el que nos encontramos limitados por el exterior a la hora de realizar ciertas acciones o de querer cumplir nuestros objetivos del año 2020. Estas limitaciones se ven externadas afuera, en la ciudad, en donde si bien se ven algunas personas en la calle y con cubrebocas, no se siente como esa ciudad loca, con gente por doquier, tráfico de locos y todos corriendo por las prisas, en la que estamos acostumbrados a vivir.

Es una realidad que nos ha traído beneficios, pues la movilidad de las personas se ha reducido hasta en un 80% en esta ciudad, permitiendo que la contaminación atmosférica, que nos posiciona en los primeros lugares a nivel global, disminuya de manera drástica. Y si eso pudo suceder con la ciudad más poblada del país, no veo razón alguna para no pensar lo mismo con las demás ciudades importantes de nuestro territorio.

Pero, ¿qué tan cierto es que la contaminación atmosférica a nivel nacional ha disminuido? Hasta este punto podemos decir que dentro de la desgracia siempre hay puntos buenos y que no todo lo que parece ser rotundamente desfavorable realmente lo es en su 100%. Sin embargo, antes de saltar a conjeturas analicemos qué ha sucedido. Es claro que la gente ya no se mueve a los lugares de trabajo habitual o que los estudiantes ya no asisten a sus centros de estudio, por lo que todos nosotros (me incluyo como estudiante de universidad) debemos tener un espacio y tiempo para trabajar y seguir produciendo en el caso del trabajo y aprendiendo en el caso de los estudiantes. Así que todo ese trabajo de las empresas y clases ha tenido que ser migrado de forma casi imperativa a plataformas virtuales; a las cuales nos es muy fácil acceder desde nuestra computadora, por lo que estar en la computadora se ha convertido en un ciclo tóxico de amarla por todo lo que podemos hacer con ella para después traducirse en horas que pasamos frente a ella y cuando nos comienza a doler la cabeza, odiarla. Sin duda todas esas horas consumen bastante energía eléctrica.

Eso es cuando nos encontramos en nuestras horas productivas, pero, ¿qué pasa cuando queremos relajarnos y descansar? Sin duda existen muchas actividades que puedes realizar sin la necesidad de un aparato electrónico, pero algo tienen la televisión y Netflix que son bastante atractivos a nuestros ojos y a nuestras mentes cansadas. Así que, no nos queda de otra mas que aumentar ese consumo de energía a la ecuación. Por otra parte, tenemos toda la energía consumida por la luz de los focos que dejamos prendidos en toda la casa, en la noche porque nuestro ciclo del sueño se ha alterado al grado de biometizar a los animales nocturnos.

Si bien es cierto que producimos energía a través de varios métodos, los cuales incluyen las energías renovables, apenas éstas representan un 24.5% en la producción de energía eléctrica (gob); por lo que debemos buscar formas de evitar que aumente la demanda de energía, aunque nos encontremos en la comodidad de nuestro hogar, pues también

podemos estar consumiendo más de lo requerido, forzando el aumento de la producción por energías no renovables y por ende de contaminación; sin mencionar la alta cantidad a pagar de los recibos que nos llegará en este bimestre. De hecho existen datos proporcionados por el gobierno en donde existe un aumento de la demanda de energía de febrero a abril del presente año.

Es por eso que aquí te propongo algunos tips y consejos para que puedas disminuir tu demanda de energía:

– En cuanto al trabajo o la escuela, a muchos nos es imposible no usar las computadoras o celulares por lo que te propongo mejor verificar aparatos eléctricos y luces que no se usan y mantenerlos apagados o desconectados (recordemos que hay algunos aparatos eléctricos que aunque se mantengan apagados aún así siguen consumiendo energía)

– Las actividades que tengas planeadas para el día procura hacerlas de día, es decir levantarte temprano para tener el tiempo necesario para realizar tus actividades importantes dentro de las horas de radiación de la luz del Sol y así utilizar las luces y focos lo menos posible.

– Pensar en cambiar en tu hogar algunos focos y aparatos eléctricos a inteligentes y ahorradores de energía.

– Tratar de realizar otro tipo de actividades además de ver la tele, Netflix y que no involucren el uso de aparatos eléctricos como lo pueden ser leer, hacer ejercicio, meditar, hacer manualidades, jugar juegos de mesa, tocar algún instrumento o cocinar.

Como conclusión, me parece importante que seamos conscientes en nuestro consumo de energía y reflexionemos sobre las formas en que podemos seguir contaminando nuestro planeta, no nos vayamos con la finta de “si no uso el coche, ya no estoy contaminando” porque sin duda hay varias formas de hacerlo y es peor si no nos estamos dando cuenta. Por lo que podemos poner en práctica algunos de los consejos presentados y sobre todo el estar atentos de nuestras acciones que perjudiquen al ambiente para corregirlas. Recordemos que después de nosotros vienen muchas generaciones y nos gustaría que vivieran la abundancia de los recursos naturales que nosotros poseemos ahora.

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