En Chile ya se producen combustibles sintéticos a escala industrial
Comparte en Facebook Comparte en Twitter Comparte en Linkedin
La planta producirá hidrógeno verde a partir de energía eólica y agua, luego metanol a partir de CO2 capturado, y finalmente gasolina neutra en carbono. Siemens Energy diseñó esta planta piloto de HIF Global, y es responsable de la integración del sistema a lo largo de toda la cadena de valor.
La producción de e-Fuels será un componente decisivo en la descarbonización del sector del transporte, especialmente para aquellas áreas que son difíciles o no se pueden electrificar, como el transporte marítimo, el tráfico aéreo o los automóviles con motores de combustión interna.
Anne-Laure de Chammard, miembro de la Junta Directiva Global de Siemens Energy destacó que este proyecto “tiene como objetivo demostrar que los e-Fuels pueden comercializarse en grandes cantidades y a precios competitivos. Sienta las bases para llevar energía verde a áreas que aún dependen en gran medida de los combustibles fósiles. Esta es la clave para alcanzar los objetivos climáticos del sector del transporte. Los conocimientos adquiridos en este pro- yecto también contribuirán al desarrollo de soluciones amigables con el medio ambiente para muchas otras aplicaciones”.
La planta en la región de Magallanes estará totalmente terminada en marzo de 2023, en menos de dos años de construcción. Como co desarrollador e integrador de sistemas, Siemens Energy está desempeñando un papel clave en la configuración de este proyecto emblemático.
El hidrógeno, que es la base de la síntesis del combustible, se produce con un electrolizador de Siemens Energy y un aerogenerador proveniente de Siemens Gamesa. El gran desafío del proyecto fue combinar los pasos del proceso para fabricar combustibles sintéticos que anteriormente solo se habían probado individualmente, y coordinarlos en una cadena de producción por primera vez de una manera eficiente y sin problemas.
Se espera producir 130 mil litros de e-Fuel al año para 2023. Después de la fase piloto, el proyecto se ampliará aún más: a mediados de la década, se espera que la capacidad de producción aumente a 55 millones de litros por año. Un par de años después, se prevé que la capacidad anual sea de 550 millones.
El proyecto impulsará el enorme potencial de las energías renovables en la Patagonia austral para la economía del hidrógeno y colaborará con la transición energética en Europa y en todo el mundo. La región ofrece hasta 6 mil horas de funcionamiento a plena carga para generar electricidad ver- de, alrededor de tres veces la cantidad disponible en Europa. Haru Oni está haciendo un trabajo pionero y puede ser un modelo a seguir para muchas otras regiones. La iniciativa, única en el mundo, cuenta además con el apoyo del Ministerio Federal de Asuntos Económicos y Protección del Clima de Alemania. En 2020, Haru Oni fue el primer proyecto de hidrógeno financia-
do como parte de la Estrategia Nacional de Hidrógeno en ese país.
Además, este proyecto utilizará por primera vez la solución Clean Energy Certification desarrollada por TÜV Süd y la Agencia Alemana de Energía DENA, junto con Siemens Energy. Este certificado digital demuestra de forma fehaciente si un producto merece ser considerado “verde”. Para este propósito, la huella de CO2 se documentará a lo largo de toda la cadena de producción, en este caso desde la turbina eólica hasta la carga del combustible en el tanque.