COVID-19 y una planificación empresarial eficaz reducen las pérdidas del sector energético
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Según un nuevo informe de Marsh, el corredor de seguros y asesor de riesgos líder en el mundo; la industria global de extracción, transporte y procesamiento de hidrocarburos experimentó una reducción significativa en la cantidad de pérdidas por daños importantes a la propiedad durante 2020-2021, debido al impacto combinado de la pandemia de COVID-19 y la planificación de la continuidad del negocio bien ejecutada.
El reporte, “Las 100 pérdidas más grandes en la industria de hidrocarburos”, publicado por Marsh Specialty, detalla las pérdidas por daños a la propiedad más importantes en la industria mundial de hidrocarburos desde 1974 (basado en valores de activos al 31 de diciembre de 2021).
En la 27.ª edición, solo dos nuevas pérdidas importantes por daños a la propiedad entran en el top 100. Ambas ocurrieron en 2020 por un total de 500 millones de dólares norteaméricanos; un incendio y una explosión en una refinería de petróleo en Sudáfrica (julio de 2020) y un incendio en una instalación de GNL en Noruega (septiembre de 2020). Combinados, estos incidentes representan la cantidad promedio más baja para cualquier período de dos años registrado en el informe desde 1995/1996.
En el caso de México, eventos como la explosión de la nube de vapor en Cactus, Chiapas en 1996 que ocasionó un fuerte incendio e interrumpió un tercio de la capacidad total de procesamiento de gas en el país; o la explosión nuevamente de gas en Pajaritos, Coatzacoalcos en 1991 que dejó inhabilitada la planta de gas por alrededor de siete meses debido a la reconstrucción que hubo del lugar y las tuberías.
Finalmente, y no menos importante, el siniestro de Macondo en el Golfo de México en 2010 que involucró también a EEUU, donde el total de reclamaciones de responsabilidad civil fueron de más de 40 veces el valor de los daños materiales asociados, y, además involucró daños ambientales, donde se dio a conocer que se habían liberado cinco millones de barriles de hidrocarburo en el medio ambiente.
Según el informe, las preocupaciones por el aumento de pérdidas que surgieron al comienzo de la pandemia no se materializaron, posiblemente en parte debido a una reducción en la actividad en el sitio y al enfoque efectivo de la industria para las prácticas laborales seguras. Sin embargo, Marsh señala que los riesgos emergentes, como los fenómenos meteorológicos extremos y los peligros cibernéticos, representan una amenaza creciente para los activos energéticos y la seguridad del suministro.
Las pérdidas que no se clasifican exclusivamente como eventos de daño a la propiedad de energía, como la explosión de nitrato de amonio en el puerto de Beirut en 2020, la tormenta de invierno Uri y el bloqueo de seis días del Canal de Suez en 2021, no se capturan en el análisis. Sin embargo, el informe señala que su impacto en la industria energética destaca la necesidad de una mayor resiliencia operativa y mejores prácticas de seguridad de procesos para reducir el riesgo de pérdidas futura
Mario Ortiz, Líder de Energy & Power, Marsh Specialty México, dijo: “A lo largo de la pandemia de COVID-19, la industria energética mundial mantuvo servicios y suministros esenciales en medio de una demanda fluctuante y frente a muchos desafíos relacionados con las personas y el riesgo de procesos. Desarrollar una mayor resiliencia frente a los riesgos emergentes en particular es crucial a medida que el sector energético continúa en transición y evolucionando”.