Dos Bocas no refinó crudo en octubre, ciclo continuo hasta 2026
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A pesar de las promesas del Gobierno anterior de alcanzar plena capacidad operativa en 2023, la refinería Dos Bocas, ubicada en Paraíso, Tabasco, no procesó un solo barril de petróleo en octubre, según las estadísticas de Petróleos Mexicanos (Pemex). Especialistas estiman que un ciclo continuo de refinación podría lograrse hasta 2026.
Aunque no hubo refinación directa, Pemex reportó la producción de 9,804 barriles diarios de gasolina, 15,942 de diésel y 7,467 de coque. Según los expertos, esto se debe a la utilización de destilados previamente almacenados para realizar pruebas en los equipos, pero no al procesamiento completo de crudo.
La capacidad total de refinación de Dos Bocas es de 340,000 barriles diarios. Sin embargo, tras la inyección inicial de crudo en agosto que alcanzó los 84,128 barriles diarios, el complejo no ha mantenido operaciones continuas. Ramsés Pech, socio de Caravia y Asociados, señaló que estas pruebas son parte del ajuste operativo, mientras que Gonzalo Monroy, director de GMEC, aseguró que el pleno rendimiento de la refinería será visible hasta el primer trimestre de 2026.
Los especialistas advierten que la producción efectiva estará limitada inicialmente, con proyecciones de entre 100,000 y 110,000 barriles de gasolina por día y menos del 30% en coque de petróleo. La falta de explicaciones oficiales sobre la interrupción en octubre genera dudas sobre el cronograma del proyecto insignia del sector energético nacional.
Además, expertos han señalado que el retraso en las operaciones continuas de Dos Bocas evidencia los desafíos técnicos y logísticos que enfrenta la refinería. El proceso de ajuste y calibración de los equipos, junto con la necesidad de pruebas adicionales, ha retrasado significativamente la puesta en marcha completa del complejo, lo que pone en duda la viabilidad de alcanzar los objetivos establecidos por la administración actual.
A pesar de esto, el Gobierno ha mantenido su postura de que Dos Bocas será un pilar estratégico en la autosuficiencia energética de México. Sin embargo, críticos como Gonzalo Monroy y Ramsés Pech insisten en que el éxito del proyecto dependerá de una planificación más realista, inversiones sostenibles y un enfoque técnico que permita superar las limitaciones actuales en infraestructura y operación. La atención está puesta en el desempeño del complejo durante 2024 y su capacidad para avanzar hacia un funcionamiento más estable y eficiente.