El “año del nearshoring” se fue, ¿qué sigue?

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El ‘boom’ del nearshoring en 2022 y 2023 marca el comienzo de una nueva era para la logística mexicana. La llegada de diversas compañías a territorio nacional en una ‘mudanza masiva’ conforma un fenómeno económico que ha transformado la economía mexicana hasta ahora. De hecho, datos del Banco de México indican que el 9.3% de las empresas del país han tenido aumentos en su producción, ventas o inversión durante este año gracias al nearshoring.

Bien, pero de cara a 2024 nos enfrentamos a la inevitable pregunta: ¿Qué sigue? No podemos negar que la atracción de empresas internacionales ha generado empleo, inversión y un crecimiento económico palpable. Sin embargo, al mirar hacia el próximo año, es esencial considerar los efectos a largo plazo en materia logística de esta mudanza masiva.

Por Ilan Epelbaum, director general de Mail Boxes Etc en México.

Uno de los aspectos más evidentes será la transformación de la infraestructura logística para adaptarse a la demanda creciente. La necesidad de eficiencia y rapidez en la cadena de suministro se volverá aún más crucial, y las empresas deberán invertir en tecnologías innovadoras para mantenerse competitivas.

Los beneficios para el sector logístico son innegables. La demanda constante de servicios logísticos abrirá nuevas oportunidades de crecimiento y expansión. La digitalización de procesos, la implementación de tecnologías de rastreo avanzadas y la mejora continua en la eficiencia operativa serán elementos clave para aprovechar al máximo este escenario.

No obstante, este crecimiento no estará exento de desafíos. La presión sobre la capacidad logística podría dar lugar a cuellos de botella si no se abordan de manera proactiva. La capacitación de la fuerza laboral, la gestión eficiente de inventarios y la sostenibilidad ambiental se perfilan como retos cruciales que requerirán atención inmediata.

En mi opinión, la clave para aprovechar al máximo esta situación radica en la anticipación y la adaptabilidad. La colaboración entre el sector público y privado será esencial para desarrollar políticas y estrategias que impulsen el crecimiento sostenible. Las empresas logísticas deben estar dispuestas a innovar y adoptar nuevas tecnologías para mantenerse a la vanguardia.

Será fundamental que velemos por la transparencia en todos los envíos, la trazabilidad de los lotes de mercancía, la anticipación de anomalías en las rutas y la seguridad. Contar con instrumentos que aseguren a las mercancías en el camino será vital, tomando en cuenta el potencial incremento en la demanda y los índices de seguridad en el país en materia de transporte terrestre.

En resumen, el 2023 fue solo el comienzo de una nueva era para la logística en México. Quizá las empresas no dejen de migrar al país y a medida que continúen haciéndolo será imperativo que el sector logístico evolucione de manera estratégica. La clave reside en la capacidad de adaptación y en la implementación de soluciones innovadoras que no solo satisfagan la demanda actual, sino que también preparen el terreno para el futuro. La logística mexicana tiene un papel crucial que desempeñar en esta narrativa en evolución, y es hora de asumir el desafío con determinación y visión de futuro.

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