El papel de la iluminación en el bienestar de las personas en casa tras otro año en home office
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Por Gustavo Rudge, Jefe del segmento de consumo de Signify en América Latina
El trabajo remoto, incluso en un modelo parcial, llegó para quedarse. Desde hace ya casi dos años nos enfrentamos a esta nueva realidad que nos obliga a reflexionar sobre: ¿cómo diferenciar nuestra vida personal y profesional estando en un mismo entorno? Hasta entonces, esta separación del trabajo y el hogar era mucho más natural, con diferentes ambientes que delimitaban -claramente- cada una de estas actividades.
Con la pandemia y la necesidad, en muchos casos, de realizar trabajos a distancia, esta distinción entre el hogar y el trabajo era mucho menos evidente cuando era necesario buscar la forma de continuar los proyectos profesionales en el hogar. Para la mayoría de las personas que no tienen un lugar dedicado para convertirlo en una oficina, la misma habitación o ambiente hogareño, el comedor, por ejemplo, se ha convertido no solo en el lugar para las comidas, sino también en el área de trabajo.
Con esta nueva realidad, muchas personas desarrollaron rutinas fijas u otros hábitos específicos para poder separar responsabilidades personales y tareas laborales en un mismo entorno. Sin embargo, lo que muchas personas quizá no hayan notado es que un aliado presente en el día a día puede ayudar a que esta tarea sea aún más efectiva y agradable: la iluminación.
Esencial para realizar diversas tareas, la iluminación de una casa juega un papel muy importante, no solo para proporcionar luz, sino también para crear ambientes que brinden diferentes sensaciones y estímulos durante el día, entre ellos: relajación, tranquilidad o concentración.
Algo fundamental a considerar en este contexto es el funcionamiento propio del organismo, el ciclo circadiano. Se trata del período de 24 horas en el que nuestro reloj biológico regula y ajusta las actividades físicas, químicas, fisiológicas y está directamente influenciado, a lo largo del día, por la exposición a diferentes tipos y niveles de luz en el ambiente.
En este sentido, hoy en día, podemos aprovechar las bondades de la luz a través de nuevas tecnologías y sistemas de iluminación inteligentes, las cuales permiten adaptar la luz a diferentes momentos de nuestra rutina de una forma muy sencilla.
Lámparas y luminarias inteligentes, controlables en la palma de la mano o mediante comando de voz, ofrecen multitud de posibilidades para personalizar la iluminación sin dejar de lado la facilidad de configuración e instalación para los usuarios, incluso a los que no están familiarizados con las nuevas tecnologías.
La tecnología utilizada, permite la creación de diferentes combinaciones: programables, automáticas o simplemente para ajustar con un simple toque, transformando ambientes y sensaciones. Incorporar algunas de estas opciones a la vida cotidiana, como despertarse con una iluminación cálida y gradual, similar al amanecer, hará que estemos mucho más dispuestos a comenzar el día.
Programar las luces para que destellen a la hora del almuerzo, por ejemplo, puede ser un buen recordatorio si a menudo se está demasiado concentrado para tomar un descanso para comer. A lo largo de la tarde, la iluminación blanca, fría y más enérgica puede intensificarse para ayudar al enfoque y la concentración. Otra ventaja es que, a través de un asistente de voz, también es posible disfrutar de una lista de reproducción de canciones cada vez que termina un largo día de trabajo, creando un ambiente completo de iluminación y sonido.
Tener un ecosistema de iluminación conectado, seguro y de fácil interfaz, abre un amplio abanico de posibilidades para crear diferentes entornos, ofreciendo un control real sobre el lugar en el que vivimos. La iluminación y la tecnología abren posibilidades para una vida más fácil, placentera y completa.