Faber-Castell conmemora el Día de la Conservación de la Naturaleza este 28 de julio, y muestra como la ecología y la economía van de la mano
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Los lápices con estuche de madera han sido los productos más importantes de Faber Castell desde que se fundó la empresa en 1761. Cada año se producen más de dos mil millones de lápices. Faber-Castell ahora puede cubrir hasta el 80 por ciento de sus necesidades de madera a través de su propia gestión forestal; el resto de la madera comprada para la producción de lápices proviene de fuentes sostenibles certificadas.
Transparencia y confianza
La mejor manera de garantizar un suministro de madera sostenible es observar las cadenas de suministro: ¿Qué tipo de madera es? ¿De qué país viene? ¿Y proviene de la silvicultura sostenible? La globalización de las cadenas de suministro y la diversidad de productos de madera (incluida la pulpa y el papel) plantean grandes desafíos. Es muy difícil para los clientes comprender si están haciendo y qué contribución a la silvicultura sostenible.
Los sistemas de certificación reconocidos internacionalmente como FSC® (Forest Stewardship Council) o PEFC (Programa para la aprobación de esquemas de certificación forestal) brindan un remedio. Estas organizaciones tienen como objetivo identificar los flujos de materiales y excluir los orígenes de madera que no cumplen con las normas de la cadena de productos (cadena de custodia). De esta manera, se han convertido en estándares de productos reconocidos mundialmente para el uso de recursos madereros sostenibles, a los que pueden referirse todos en la cadena de valor (silvicultura, industria de procesamiento de madera, comercio, consumidores).
La obtención de madera sostenible certificada ha estado durante mucho tiempo en el centro de la estrategia de sostenibilidad de Faber-Castell, y la empresa adquirió una amplia experiencia con FSC y PEFC. Los bosques y la gestión forestal de Faber Castell en Brasil cuentan con la certificación FSC-FM desde 1999, lo que garantiza una gestión forestal ambientalmente racional, socialmente equitativa y económicamente sostenible.
La cadena de productos fue certificada por primera vez por FSC en 2007 y por PEFC en 2010. Esto da lugar a una serie de obligaciones diferentes: por ejemplo, se deben realizar auditorías internas anuales en todos los sitios del Grupo, entre otras cosas, para verificar el balance de materiales, así como los procesos de aprovisionamiento y producción. Además, todos los requisitos legales relevantes de los países involucrados deben ser monitoreados y documentados continuamente. Además de la auditoría interna, todos los años se audita externamente todo el sistema de gestión del grupo.
A pesar del esfuerzo requerido para mantener este tipo de sistema, proporciona una base valiosa para el cumplimiento de requisitos legales como el Reglamento Europeo de Comercio de Madera (EUTR), la Ley Lacey de EE. UU. O la Ley de Prohibición de la Tala Ilegal de Australia. El EUTR entró en vigor en 2013 y requiere que todos los importadores europeos de productos de madera implementen un proceso operativo de diligencia debida. Para ello, los estrictos requisitos de documentación del FSC y PEFC brindan información confiable y valiosa.
Los bosques del propio Faber Castell como ejemplo de cadena de suministro sostenible
Con el fin de asegurar su propio suministro de madera, Faber-Castell inició su propio programa en Prata, en el estado de Minas Gerais, en el sureste de Brasil, en la década de 1980. En un área de alrededor de 10,000 hectáreas, se plantan y cultivan alrededor de 300,000 plántulas de Pinus Caribea cada año. Después de unos 20 años, los árboles pueden procesarse para la producción de lápices.
Alrededor de un tercio de la superficie forestal propia de la empresa no se utiliza para la producción de madera, pero sirve para proteger la biodiversidad, lo que significa una gran cantidad de diferentes especies y diversidad genética. Numerosas especies de animales y plantas, algunas de las cuales están en peligro de extinción, han encontrado nuevos hábitats en estas áreas naturales. Desde 2001, los censos periódicos documentan el desarrollo positivo de la biodiversidad y alrededor de 660 especies animales se encuentran ahora en casa en estas áreas.
Además de suministrar materias primas, los bosques propios de la empresa también sirven como fuente certificada de certificados de compensación de CO2. Los bosques propios de la empresa son un proyecto de reforestación que, según un estudio de TÜV Rheinland, ha almacenado más de 900.000 toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera en su biomasa. Estos certificados de reducción de emisiones se utilizan para compensar las emisiones anuales de dióxido de carbono de todos los sitios de producción en todo el mundo, lo que permite una producción neutra en CO2.
Materias primas sostenibles y protección del clima Se ha establecido una cadena de suministro sostenible en Brasil mediante la integración del cultivo de materia prima local con silvicultura certificada y rutas de transporte cortas para su posterior procesamiento. Al tratarse de un proyecto de reforestación, también une CO2, lo que contribuye positivamente a la protección del clima para todo el Grupo Faber-Castell.
Este ejemplo muestra que la gestión forestal y de la madera certificada puede cumplir con los requisitos tanto económicos como ecológicos. Las certificaciones de organizaciones reconocidas son esenciales a este respecto y permiten a las pequeñas y medianas empresas comprar y procesar madera con la conciencia tranquila.