La abulia energética en México
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Por Ramses Pech
En México hemos creado la abulia energética, y eso en el mundo está siendo observado con detenimiento. Habíamos tenido a partir del 2015 hasta el 2020, una velocidad inercial en cuanto la mejora del uso de las energías primarias en relación con la transición energética, cuyo objetivo era cumplir con el acuerdo de París, y nuestras metas establecidas con y para el mundo.
Hoy en día, la curva ascendente que estábamos realizando ha quedado en pausa ante los cambios en las leyes, normas y regulaciones que pretenden realizar en el tiempo actual. Existe dentro de las mismas algunas con sentido común, y otras son simplemente, el apoyo hacia una empresa productiva del estado que requiere fundamentalmente recursos financieros para poder cubrir la totalidad de la demanda en crecimiento en nuestro país.
El problema en México radica principalmente en la oposición paralela entre la industria eléctrica y de hidrocarburos, sin entender la función de cada una de ellas. La primera no genera energía primaria, sino la transforma en portadores de energía por medio de tecnología. La segunda extrae del subsuelo energías primarias (gas y crudo), transforman a estos en portadores de energía como el combustible o son usados, en forma directa como el gas natural como materia primaria para ser transformada en electricidad.
Ambos son importantes hoy en día, y en México no hemos comprendido la importancia de poder realizar un Mix de energías primarias en función de administrar los recursos naturales para poder tener en un largo plazo.
Para realizar todo lo anterior requiere en tener recursos financieros, y esto en México es complicado que la administración publica pueda lograrlo por si sola ante un presupuesto que solo aboga por el 24 a 26% de desarrollo económico, a donde se incluye a la energía. Las leyes, normas y regulaciones, son creadas para establecer las reglas claras de la forma como debe de invertirse por parte de lo publico o privado, a donde estos últimos decidirán como y cuando hacerlo, si en ello ven riesgos políticos, sociales, financieros. Y hoy día adiciona a esta ecuación, la calidad de vida de cada persona ante el COVID19.
Estar amagando, discutiendo, o amedrentando pueden ganarse batallas momentáneas en base al tiempo que administras una nación, pero esto es pasajero y cada movimiento bueno o malo, repercutirá en el futuro.
Datos de EMBER CLIMATE ORGANIZACIÓN, y a según su reporte realizado en el mes de marzo con informaciones globales para la generación y demanda de electricidad en 217 países, desde 2000 hasta 2020; encontramos para México lo siguiente:
- El 75% de la electricidad mexicana todavía proviene de combustibles fósiles.
- El uso del carbón ha caído un 60% desde el año 2015
- La energía eólica y solar en conjunto constituyen ahora el 10% de la matriz energética de México.
En las gráficas anteriores hay una clara abulia, que empezaba a eliminarse, y a donde hemos regresado a estar como en el año 2000 (Ver línea roja de segunda gráfica), al estar con el Mix de generación de electricidad como en esa época. México tiene la cuarta participación de combustibles fósiles en la matriz energética de los países del G20.
Uno de los factores que indican si un país está en vías de crecimiento en los últimos años, ha sido el consumo per cápita de la población de electricidad. México se encuentra en tercer lugar entre los países del G20 con menor demanda eléctrica, con una demanda per cápita de 2.3 MWh (6.3 Kw por día), que está bastante por debajo del promedio mundial (3.4 MWh o 9.3 Kw por dia). Solamente Indonesia e India tienen menor demanda per cápita.
La electricidad ha jugado un papel importante con el crecimiento de un país, es decir sin esta no hay crecimiento es debido a la falta de productividad, esto puede observar en la siguiente gráfica:
En esta podemos observar de lado derecho el % del PIB, el cual tiene una armonía con el crecimiento de la demanda-generación de la electricidad. Indicando que a México, la suma del valor de todos los bienes, servicios e inversiones que se producen en el país durante un año, están directamente proporcional al consumo de electricidad, e inversamente proporcional a la toma de energías primarias.
Si, Energía no hay crecimiento. La electricidad como portadora de la energía tendrá un gran peso preponderante en el futuro, para todas las actividades industriales, comerciales, domesticas, y en corto plazo el transporte.
Observaciones de EMER a considerar:
Los últimos cinco años presenciaron un significativo incremento en la participación de la energía eólica y solar, que pasó de apenas un 3% en el año 2015 a 9.8% en el 2020.
México ocupó el primer lugar del G20 en la reducción de carbón el año pasado, pero tres cuartos de la electricidad siguen siendo generados a partir de combustibles fósiles. Esto originado por La caída en la demanda debido a la pandemia de COVID-19 conduce a una reducción de la generación eléctrica con carbón a la mitad.
- La transición de México lucía bien encaminada dados los incrementos en capacidad instalada de energía limpias durante la última década y en particular durante los últimos cinco años (por la tendencia inercial de la reforma energética).
- No obstante, el aumento de capacidad instalada se desaceleró durante el 2020 y esta tendencia continuará, la administración actual ha puesto restricciones para la conexión de nuevos proyectos de energía limpia a la red eléctrica, lo que ha detenido en efecto el desarrollo de nuevas energías renovables.
Estamos preparados para dejar de crecer ante la falta de inversión en electricidad en infraestructura, dejando todo a la parte pública.