México frente a los desafíos del cambio climático: la urgencia de la transición energética
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El cambio climático está en la mira de muchos sectores: gobierno, industria y hasta el religioso. El mayor reto es empezar ya a abandonar el uso de combustibles fósiles para la generación de energía a nivel mundial. Y es que, de no hacerlo, los costos de los impactos climáticos serán cada vez mayores, e incluso irreversibles. En su Informe sobre Riesgos Globales 2024, el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) los fenómenos extremos del clima se encuentran como el segundo riesgo a enfrentar dentro de los próximos dos años y en una visión a diez años se colocan en el primer lugar.
La Dra. Isabel Studer, Embajadora del capítulo para México del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, destaca que México es el cuarto país a nivel mundial con mayor exposición ante los desastres naturales, en particular aquéllos asociados al cambio climático, según el Índice Mundial del Riesgo 2023. Para la especialista, los acuerdos logrados durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28), que indican el “principio del fin» de la era de los combustibles fósiles, mandan una señal clara, “los países pueden ignorarla, pero los cambios geopolíticos asociados con la transición energética son contundentes”.
Como cada año, se lleva a cabo, en Davos, Suiza, la reunión del WEF. En este año, aunque la agenda es amplia, pues se tratan diversos temas, como seguridad y cooperación en un mundo fracturado, creación de empleos, y crecimiento en una nueva era, la inteligencia artificial como motor de la economía y la sociedad, la estrategia para el clima, la naturaleza y la energía tendrá una atención importante en seguimiento a los compromisos globales en materia climática en Dubai.
Considerando el alto nivel de exposición y vulnerabilidad de México a los impactos climáticos, como dejó claro el huracán Otis en Acapulco, la Dra. Studer le llama la atención la ausencia de México en Davos. “México tiene la oportunidad de retomar el liderazgo en la lucha climática, pues está en su interés que se acelere la transición hacia la no proliferación de combustibles fósiles y se movilicen el financiamiento que requieren las economías de medio ingreso para seguir este mismo camino. En el pasado, México ya asumió un papel protagónico en el escenario internacional climático. Hoy, debe expresar una mayor voluntad para liderar estas transformaciones a nivel mundial.”
Para darnos una idea del impacto económico de los fenómenos naturales asociados al aumento de la temperatura, el WEF indica que para el 2050, es probable que el cambio climático cause 14,5 millones de muertes adicionales y 12,5 billones de dólares en pérdidas económicas en todo el mundo. En cuanto a costos regionales, la más afectada será Asia, donde las pérdidas económicas podrían ascender a 3,5 billones de dólares, seguida de Europa (2,6 billones de dólares) y América del Sur (2,2 billones de dólares).
Este panorama está detrás del llamado de múltiples sectores de ponerle fin a la quema de combustibles fósiles, como sucedió en la COP28. El pasado 8 de enero, el mismo Papa Francisco, en su mensaje a los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, expresó que la COP28 dejó “claro que la década actual es la decisiva para hacer frente al cambio climático. El cuidado de la creación y la paz son los problemas más acuciantes y están interrelacionados. Espero, por tanto, que lo acordado en Dubái conduzca a una aceleración decisiva hacia la transición ecológica, por medio de formas que se realicen en cuatro campos: la eficiencia energética, las fuentes renovables, la eliminación de los combustibles fósiles y la educación a estilos de vida menos dependientes de estos últimos”.