México, un botaratas energético
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Tomar de la naturaleza la energía, transformarla y utilizarla, ese ha sido el principio de supervivencia del hombre desde sus inicios, al crear la primera tecnología con dos piedras.
El mundo por medio de documentos, discursos, y palabras en redes sociales, indican que hay que dejar de calentar el planeta, contaminar, y dejar de usar ciertas energías primarias. Pero nadie comenta realmente, cuanta de ellas está consumiendo, y para qué.
Ahora que en EUA, han promulgado una propuesta referente a inversiones de infraestructura en el sector energético, y a donde cada una de ellas tiene asignados recursos públicos, para incentivar al mercado, y obtener más ingresos por recaudación, al crear un nuevo mercado, referenciado a la captura y eficiencia de la energía. En México están pensando modificar a las leyes, cuando todavía no hay un mercado maduro, y no deja a este que crezca, después de haber estado bajo un monopolio de inversiones públicas, y que en el tiempo, podría no haber los recursos necesarios para desarrollar un todo. ¿Realmente estamos en el rumbo correcto?
México estará en retornar a ser un país de una alta codependiente de la inversión pública, y significaría que la economía, su movilidad dependería del presupuesto asignado por la nación, en cada programa o empresa productiva del estado.
Las empresas dependerán de las licitaciones, asignaciones directas o invitaciones restringidas, para poder estar dentro del mercado, y teniendo como consecuencia directa, no tener las condiciones de un mercado con competencia leal, y además de inhibir a la innovación. Optando por los sectores económicos, en importar una mayor cantidad de bienes o servicios que dentro de México, no habría.
Esto es un reflejo directo actual de la economía, debido a que hay 33 millones de mexicanos ganando 1 a 2 salarios , y que equivalen de 147 a 282 pesos.
La única forma de poder tener un desarrollo económico, y por ende un crecimiento, para hacer frente dentro del mercado mundial, es en poder alinear al país a la nueva diplomacia ambientalista mundial, y a donde el factor primordial; es el poder invertir en la captura de calor, carbón, gases de efecto invernadero, y al mismo tiempo disminuirlos. Pero en función del balance energético con referencia al consumo.
Un Balance de energía, puede ser muy complicado su identificación, pero en forma sencilla podríamos resumir en : Volumen tomado de energía primaria, más la secundaria, menos el consumo final energético en los diferentes sectores (Comercio, Industria, Transporte, Residencial, Agricultura), y dará como resultado, el saber cuánto aprovechamos de lo que tomamos de la naturaleza, y de su transformación.
En 2018 en México consumimos, el 63%, y en 2019 bajo a el 59% (EUA en 2019 con el 75% y 2020 74%), y esto nos convierte en botaratas de la energía, al desaprovechar de la energía entre un 37 a 41% en promedio, y que significa un daño al planeta, y dineros no recuperables.
La energía primaria y secundaria en México, el 63% proviene de nuestros recursos, y el 37% importamos, resultando con una balanza con un déficit del 35 a 40%, respecto a la energía que proviene fuera de México.
Al dejar de tener innovación, competencia, y un balance entre la inversión pública con la privada, ocasiona que en las próximas décadas, tendremos que importar una mayor cantidad de energías secundarias, en función de no tener la infraestructura necesaria, e importar tecnología para el poder tener una mejor eficiencia de aprovechamiento, en el uso final de la energía.
En la comunidad Europea, están presentando propuestas de leyes para mejorar, el consumo de la energía, eliminando la venta de carros de combustión, y en los próximos meses, deberá haber una negociación entre más de 27 países. Pero evaluaran, si limitan a una sola tecnología, debido que actualmente en varios países, están incluyendo tener combustibles renovables, y en México, no sabemos en cómo ponernos de acuerdo.
En México pretendemos tener un mercado basado en dos empresas productivas del estado, pero la pregunta a realizarnos ¿ Podrán ambas empresas con todo el mercado? No solo la parte operativa, si no innovar, actualizar, e incorporar procesos, que puedan aprovechar de mejor forma el consumo de las energías. Es de sabios saber hacer un alto, y evaluar para hacer un programa de largo plazo.
Entrar a mercados con ideas no maduras, lacera los dineros de la nación, tenemos refinerías, que en los últimos años han incrementado los paros, y disminuido la utilización de estas, ocasionando un decremento en el aprovechamiento de las energías primarias para su transformación, y ante una falta de dineros para realizar mantenimientos correctivos, y no preventivos. Además en el tratar de hacer una empresa, que pueda cubrir una parte de la demanda del gas LP, cuyo éxito depende del 80% de la logística para llegar al usuario final.
Cuando el dinero, y la energía no son tuyas, nos convertimos en botaratas compulsivos.