Policía de California enfrenta desafíos con autos eléctricos para patrullaje
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California avanza hacia un futuro sustentable con la incorporación de autos eléctricos en su flota policial, pero esta transición ha revelado obstáculos significativos. Cedric Crook, jefe de policía de Ukiah, adquirió dos Tesla Model 3 personalizados para labores de patrullaje, con un costo de 150,000 dólares. Sin embargo, los oficiales encontraron problemas de logística: espacio limitado para transportar detenidos, dificultades para entrar al vehículo con el cinturón porta armas y, lo más crítico, la ausencia del bloque de motor, considerado vital para protección en tiroteos.
Este cambio se alinea con la estrategia del gobernador Gavin Newsom de eliminar la venta de autos de combustión interna para 2035. Aunque se trata de una medida ecológica ambiciosa, la falta de adaptación para situaciones de alta tensión genera preocupación entre las autoridades.
México sigue los pasos de California en movilidad eléctrica
En México, la Electro Movilidad Asociación busca que el 50% de los autos vendidos sean eléctricos para 2030, alcanzando el 100% en 2035. Además, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció el desarrollo del auto eléctrico Olinia, con la meta de ofrecer una alternativa más asequible que competidores como Tesla Model 3 o BYD Dolphin Mini, consolidando un mercado en crecimiento.
Estos esfuerzos muestran cómo ambos territorios buscan liderar la transición energética, pero ponen en evidencia los desafíos que aún deben resolverse para cumplir con sus objetivos de movilidad eléctrica.
¿Está lista la infraestructura para la transición eléctrica?
Uno de los principales retos de la policía de California con los Tesla es la autonomía limitada, que puede comprometer patrullajes prolongados y traslados de detenidos. A medida que los gobiernos locales buscan electrificar sus flotas, surge la necesidad de mejorar la infraestructura de carga y garantizar que los vehículos respondan a las exigencias operativas de los cuerpos de seguridad.
Además, los expertos advierten que adaptar este tipo de vehículos eléctricos a tareas críticas de seguridad implica realizar ajustes técnicos, tanto en el diseño interior como en su funcionalidad. La seguridad de los oficiales podría depender de innovaciones que compensen la falta del bloque motor y optimicen el uso en situaciones de emergencia.