Sistemas de almacenamiento de energía pueden ahorrar hasta un 40% en la factura eléctrica de la industria automotriz

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La segunda industria manufacturera con más peso en la economía mexicana es la de la fabricación de equipo de transporte, en donde destaca la industria automotriz, la cual representa por sí sola el 2,9% del PIB. En 2022, México se situaba entre los principales países productores de vehículos en el mundo, así lo demuestran datos de Statista. El INEGI acaba de dar a conocer su más reciente Registro Administrativo De La Industria Automotriz De Vehículos Ligeros (RAIAVL) el cual muestra que durante abril se fabricaron en el país 21.74% más vehículos que en igual mes del año pasado, en tanto que la exportación de unidades automotoras ligeras también se incrementó 14.38%. En abril se fabricaron en México 358 mil 575 unidades, para sumar un millón 286 mil 356 vehículos al primer cuatrimestre del año, cifra 5.72% más alta que el mismo periodo del año anterior.

Como parte del atractivo de nuestro país impulsado por el Nearshoring, México captó 5,442 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED) dirigida a la fabricación de automóviles y camiones en los primeros tres trimestres del 2023, lo que supone un aumento de 67.7% interanual y un récord, según datos de la Secretaría de Economía. 

Para Manuel Ahumada Socio y director Comercial de Enlight, empresa mexicana especializada en la integración de soluciones energéticas renovables y microrredes inteligentes de energía solar para el sector industrial, estos números son más que alentadores, pero también representan un gran reto para México, ya que el poco desarrollo del país en energías limpias puede poner en riesgo el desarrollo de la industria automotriz. “Actualmente tenemos la transición de vehículos de combustión interna a vehículos eléctricos y muchos se centran en las emisiones que generan esas unidades, pero la industria no se reduce al producto final, un vehículo cero emisiones se debe considerar desde que se fabrica y ahí es donde intervienen todos los procesos de manufactura que demandan energía. Para darnos una idea, de acuerdo con la consultora McKinsey, esta transición a fabricar vehículos eléctricos provocará que las emisiones materiales aumenten del 18% actual, de las emisiones totales del ciclo de vida de los vehículos, a más del 60 % para el 2040. ¿Qué sentido tienen los autos híbridos y eléctricos si la cantidad de energía que se necesita para producirlos es casi tan grande como el ahorro que se produce durante su uso?” plantea Ahumada.

Si consideramos que, datos del Balance Nacional de Energía 2022, los combustibles fósiles actualmente componen el 68.8% de la matriz energética en México, uno de los desafíos del sector no radica en la cantidad de energía que requerirán los vehículos eléctricos, sino en la calidad y el origen de la energía que utilizan. Según el análisis de McKinsey, previamente mencionado por Manuel Ahumada, existe la posibilidad de reducir de manera rentable el 29% de las emisiones materiales en vehículos de motor de combustión interna para 2030. Pero, para lograrlo, toda la cadena de producción en la industria debe dar prioridad a enfoques y tecnologías que puedan contribuir a alcanzar estos ahorros. Si la industria implementa estas estrategias existe un alto potencial en el sector de disminuir hasta en un 66% las emisiones derivadas de su producción para el año 2030, sin incurrir en gastos adicionales. Sin embargo, este logro solo será posible si los actores de la industria colaboran y comienzan a tomar medidas ahora.

El consumo energético mensual de los inmuebles del sector automotriz es muy alto y el costo de su factura eléctrica rebasa comúnmente sumas millonarias al mes, por lo que una solución de energía solar se convierte en un imperativo para reducir estos costos, pues en contextos industriales, implementar paneles solares pueden reducir hasta un 60% del costo de la factura eléctrica. Existen cuatro factores principales que hacen que las energías renovables sean una prioridad para los procesos de producción automotriz: reducen considerablemente los costos fijos de producción, aportan al combate del cambio climático, reducen significativamente las emisiones materiales de la industria y crean una reputación sustentable para la marca que las utiliza.

Al generar energía a través de paneles solares no se emite CO2 a la atmósfera, mientras que el consumir energía de la red nacional equivale a emitir 438 gramos de CO2 por cada kWh, así que los sistemas fotovoltaicos, además de disminuir costos, también ayudan a reducir emisiones, así las empresas pueden cumplir las normativas respecto a emisiones de carbono y sostenibilidad ambiental. Si la energía renovable se complementa con sistemas de almacenamiento de energía por baterías (BESS, por sus siglas en inglés) el camino de la transición energética se consolida, pues el almacenamiento elimina la variabilidad de las renovables asegurando continuidad operativa en las plantas automotrices. En Enlight somos expertos en integrar esta solución de manera personalizada para cada empresa, aprovechando los diversos beneficios que otorga a cada etapa del proceso productivo; las soluciones pueden ser focalizadas en partes específicas de la producción para bajar los altos consumos de energía u otorgar ahorros económicos con energía almacenada, generando ahorros de hasta el 40% de la factura eléctrica” asegura Ahumada”.

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