Sobre el arco eléctrico: qué es y cómo protegerse de él

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Cada día, miles de trabajadores de diversas industrias se enfrentan a riesgos relacionados con su labor. Según una estimación conjunta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a nivel mundial los padecimientos y accidentes relacionados con el trabajo provocan la muerte de casi dos millones de personas al año. 

En la región de las Américas la OIT registra 11.1 accidentes mortales al año por cada 100 000 trabajadores en la industria. De ahí que se insista en la necesidad de tomar medidas para reducir esta cifra: optimizar los sistemas de registro y notificación de los accidentes, inspecciones más eficaces para el cumplimiento de las normas, así como mejorar las estrategias de prevención, entre las que destaca el uso adecuado de Equipos de Protección Personal (EPP).

De entre los riesgos a los que se exponen quienes trabajan con electricidad en su día a día destaca el relámpago de arco eléctrico: una descarga eléctrica continua de alta corriente que fluye en un espacio de aire entre conductores, la cual produce una luz ultravioleta muy brillante y un calor intenso que puede alcanzar 20 000 grados centígrados.

El arco eléctrico se origina por varias causas que van desde un error humano (como es una instalación incorrecta), hasta un fallo del equipo eléctrico generado por desgaste, polvo o corrosión. De cualquier forma, este cortocircuito puede producir, además de luz intensa y calor, fuego, una explosión más sonora que un disparo y partículas de materiales despedidas a gran velocidad.

Por tanto, un trabajador expuesto a un arco eléctrico puede sufrir daños en los ojos debido a la luz ultravioleta, en los oídos por la intensidad de la detonación, lesiones y, por supuesto, quemaduras. Sin embargo, las industrias trabajan continuamente en reforzar las medidas de prevención para reducir al mínimo los accidentes relacionados con relámpagos de arco eléctrico.

Una metodología eficaz es la llamada 4P, que en cuatro pasos simplifica la evaluación de los peligros y la atenuación de estos. Consiste en: prevenir la gravedad del relámpago de arco calculando la energía térmica y la distancia a la que se encuentra el trabajador del arco; evitar los daños mediante la atenuación de riesgos, que se logra sobre todo usando EPP; proteger a los trabajadores de los peligros residuales; y publicar los resultados para que se conozcan los cálculos de peligro.

El uso de Equipo de Protección Personal es obligatorio, y todos los países tienen normas para el uso y fabricación de éstos. Para cumplirlas, los fabricantes de EPP deben lograr que estos reúnan condiciones tales como: ser sometidos a pruebas para garantizar que son aptos para su finalidad prevista, se puedan conservar y almacenar adecuadamente, sobre todo que se incluyan las instrucciones para usarlos de forma segura y correcta.

Las normas ISO 13506-1 y 13506-2 especifican los requisitos, equipos y métodos de cálculo para evaluar el rendimiento de las prendas expuestas a llamas y calor. Por su parte, la norma NFPA 2112 especifica los requerimientos mínimos de los tejidos retardantes al fuego para que puedan proteger a los trabajadores de un fuego repentino.

En el caso del arco eléctrico, el EPP puede incluir prendas como camisas, pantalones, overoles, chamarras, guantes, balaclava, trajes multicapa, ropa de alta visibilidad y ropa interior que proporcione protección extra. Los guantes también deben estar certificados y a fin de proteger ojos, cabeza y cara son necesarias gafas o protectores faciales que proporcionen una buena visibilidad de los colores y sin distorsiones y a la vez protejan de la luz brillante, así como de las radiaciones infrarroja y ultravioleta.

Cada día, miles de trabajadores de diversas industrias se enfrentan a riesgos relacionados con su labor. Según una estimación conjunta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a nivel mundial los padecimientos y accidentes relacionados con el trabajo provocan la muerte de casi dos millones de personas al año. 

En la región de las Américas la OIT registra 11.1 accidentes mortales al año por cada 100 000 trabajadores en la industria. De ahí que se insista en la necesidad de tomar medidas para reducir esta cifra: optimizar los sistemas de registro y notificación de los accidentes, inspecciones más eficaces para el cumplimiento de las normas, así como mejorar las estrategias de prevención, entre las que destaca el uso adecuado de Equipos de Protección Personal (EPP).

De entre los riesgos a los que se exponen quienes trabajan con electricidad en su día a día destaca el relámpago de arco eléctrico: una descarga eléctrica continua de alta corriente que fluye en un espacio de aire entre conductores, la cual produce una luz ultravioleta muy brillante y un calor intenso que puede alcanzar 20 000 grados centígrados.

El arco eléctrico se origina por varias causas que van desde un error humano (como es una instalación incorrecta), hasta un fallo del equipo eléctrico generado por desgaste, polvo o corrosión. De cualquier forma, este cortocircuito puede producir, además de luz intensa y calor, fuego, una explosión más sonora que un disparo y partículas de materiales despedidas a gran velocidad.

Por tanto, un trabajador expuesto a un arco eléctrico puede sufrir daños en los ojos debido a la luz ultravioleta, en los oídos por la intensidad de la detonación, lesiones y, por supuesto, quemaduras. Sin embargo, las industrias trabajan continuamente en reforzar las medidas de prevención para reducir al mínimo los accidentes relacionados con relámpagos de arco eléctrico.

Una metodología eficaz es la llamada 4P, que en cuatro pasos simplifica la evaluación de los peligros y la atenuación de estos. Consiste en: prevenir la gravedad del relámpago de arco calculando la energía térmica y la distancia a la que se encuentra el trabajador del arco; evitar los daños mediante la atenuación de riesgos, que se logra sobre todo usando EPP; proteger a los trabajadores de los peligros residuales; y publicar los resultados para que se conozcan los cálculos de peligro.

El uso de Equipo de Protección Personal es obligatorio, y todos los países tienen normas para el uso y fabricación de éstos. Para cumplirlas, los fabricantes de EPP deben lograr que estos reúnan condiciones tales como: ser sometidos a pruebas para garantizar que son aptos para su finalidad prevista, se puedan conservar y almacenar adecuadamente, sobre todo que se incluyan las instrucciones para usarlos de forma segura y correcta.

Las normas ISO 13506-1 y 13506-2 especifican los requisitos, equipos y métodos de cálculo para evaluar el rendimiento de las prendas expuestas a llamas y calor. Por su parte, la norma NFPA 2112 especifica los requerimientos mínimos de los tejidos retardantes al fuego para que puedan proteger a los trabajadores de un fuego repentino.

En el caso del arco eléctrico, el EPP puede incluir prendas como camisas, pantalones, overoles, chamarras, guantes, balaclava, trajes multicapa, ropa de alta visibilidad y ropa interior que proporcione protección extra. Los guantes también deben estar certificados y a fin de proteger ojos, cabeza y cara son necesarias gafas o protectores faciales que proporcionen una buena visibilidad de los colores y sin distorsiones y a la vez protejan de la luz brillante, así como de las radiaciones infrarroja y ultravioleta.

Empresas como DuPont se preocupan por cumplir todas las normativas en EPP ofreciendo tecnologías de vanguardia en tejidos y prendas, para que las industrias puedan dar a sus empleados los mejores equipos de protección que les brinden la seguridad y el bienestar que merecen en su lugar de trabajo.

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