Una oportunidad frente a la crisis, Japón hacia el 2050
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Por Salvador Cruz Ramírez Contreras
Japón es un actor caracterizado por un alto nivel de innovación tecnológica y poder para impulsar grandes proyectos para el desarrollo internacional. El combate al cambio climático no es la excepción, la capacidad científica y tecnológica ha cumplido los objetivos de reducir los gases de efecto invernadero hacia la realización de una sociedad libre de carbono.
Ante la llegada del nuevo primer ministro Suga Yoshihide, los planes en materia energética se han vuelto más ambiciosos. Rápidamente se anunció un plan para hacer de Japón un país con cero emisiones de carbono para 2050, un propósito que significa replantear los mecanismos adoptados en la administración del ex primer ministro Abe.
El plan energético actual, impulsado en 2018, requiere que aproximadamente el 20% de su mezcla provenga de energías renovables y otro 20% de energía nuclear; mientras que el carbón, el petróleo y el gas representan el 56% de la combinación energética. La coyuntura internacional actual supone un gran reto, pero también representa una oportunidad para lograr los políticas y compromisos clave hacia lo que el primer ministro destacó como sociedad verde y estos porcentajes sean ocupados por energías renovables.
Para reestructurar su política energética, Japón revisó el Plan Estratégico de Energía de 2018 con la política “3E + S” (energy security, economic efficiency, environmental protection + safety). La seguridad energética es fundamental para un país que importa grandes cantidades de productos energéticos, por eso la coordinación y cooperación con la iniciativa privada es esencial para satisfacer este ambicioso plan. Por esto, otro objetivo fundamental es lograr un círculo virtuoso conformado por grandes empresas, en este plan para reducir la contaminación.
Incluso, el mismo uso de energía nuclear ha sido replanteado, en 2019 Japón apuntaba a reducir la dependencia nuclear en la medida de lo posible acelerando la eficiencia energética y el despliegue de energía renovable. Con el nuevo plan energético, se trabajará en la ampliación de redes energéticas renovables, para prescindir de otros programas y lograr una eficiencia profunda lo antes posible.
La transición hacia la sostenibilidad además de asegurar competitividad garantiza la seguridad energética en el largo plazo. El nuevo primer ministro aseguró que las energías limpias ya no implican un rezago económico ni confrontarían a grandes empresas al permitir una participación de todos los sectores capaces de generar cambios económicos sostenibles.
En la llamada de felicitación por el triunfo del próximo presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, el primer ministro Suga subrayó la necesidad de trabajar en una agenda conjunta para combatir el cambio climático a través de mecanismos multilaterales más específicos en la región Asia-Pacífico.
A través del Acuerdo de París, se continuarán los esfuerzos para reducir los gases de efecto invernadero hacia la construcción de una sociedad capaz de tomar nuevas medidas tanto de los aspectos de la oferta como de la demanda de energía. La promesa es una mejora significativa para el quinto mayor emisor de carbono del mundo, con el objetivo de desarrollar una sociedad sin GEI para 2050.
A mediados de 2021 se presentará una revisión del plan energético hacia 2030. El gran objetivo de la neutralidad carbónica estará acompañado por nuevas dimensiones de la cooperación en materia energética en la región asiática, pero también, por los planes de Japón en el sector desde electrificación hasta innovación tecnológica capaz de liderar los grandes proyectos de la cuenca del Pacífico, capaz de establecer un estándar urgente para otros países.