Cuando el oleoducto Irak-Turquía reabre: un impulso estratégico para el crudo hacia Europa

Tras 2½ años sin actividad por disputas entre Bagdad y Erbil, el oleoducto Irak-Turquía reabre con envíos iniciales de 180-190 mil barriles diarios. Este gesto marca un punto de inflexión para Irak, que aspira a seis-siete millones de barriles diarios hacia 2027, y para Europa en su búsqueda de nuevas rutas energéticas.

Hace 1 hora
COMPARTIR
Depositphotos
Depositphotos

Reapertura del oleoducto Irak-Turquía: contexto estratégico

Una de las arterias esenciales del suministro petrolero hacia Europa vuelve a operar tras un prolongado silencio. El oleoducto que conecta el norte de Irak (región del Kurdistán / Kirkuk) con el puerto turco de Ceyhan ha recobrado actividad después de más de dos años de inacción, debido a una compleja crisis diplomática entre el gobierno federal de Bagdad y las autoridades kurdas.

Según declaraciones oficiales, los flujos iniciales se situaron entre 180.000 y 190.000 barriles por día (bpd) que ya alcanzan Ceyhan para su exportación. Mientras tanto, el Ministerio de Petróleo iraquí ha confirmado que el primer cargamento ya supera el millón de barriles en tránsito.

Esta reactivación se da en un escenario en el que el oleoducto tiene capacidad para transportar hasta unos 500.000 bpd, lo que lo convierte en un canal clave para interconectar los recursos petrolíferos del norte iraquí con las rutas mediterráneas y los mercados de Europa del Este.

Raíces del conflicto: disputa entre Bagdad y Erbil

El cierre del oleoducto se originó en marzo de 2023, luego de una resolución arbitral de la Cámara de Comercio Internacional que determinó que Turquía había participado ilegalmente en exportaciones petroleras negociadas directamente con las autoridades kurdas, sin pasar por Bagdad.

El fallo exigía a Turquía pagar 1.500 millones de dólares por esos envíos no autorizados.

Este conflicto reflejaba un choque estructural: la región kurda, que concentra una parte significativa de la producción petrolera del norte, explotaba y comercializaba crudo directamente con Turquía, vulnerando la autoridad del gobierno central. Las negociaciones tardaron años, con demandas de indemnización (hasta 33.000 millones de dólares) por parte de la empresa nacional iraquí SOMO (State Oil Marketing Organization) como parte de la presión para retornar los controles.

Finalmente, se alcanzó un enfoque de compromiso: la operación del petróleo será gestionada por SOMO, mientras que los productores kurdos recibirán un pago fijo por barril (16 USD).

Implicaciones para Irak y para el mercado petrolero

Recuperación de exportaciones perdidas

Durante el cierre del oleoducto, se perdieron exportaciones estimadas en 230.000 bpd, volumen que ahora podría reincorporarse al mercado global paulatinamente. Esta línea representa cerca del 0,5 % del suministro mundial de crudo, lo cual la convierte en una vía de peso geoeconómico. (Aunque esta cifra puede variar según definiciones exactas del flujo)

Para una Europa que busca diversificar sus fuentes de energía ante tensiones con Rusia y dependencia creciente del crudo estadounidense, este nuevo canal energético se suma como alternativa geográfica estratégica.

No obstante, algunos analistas, como John Roberts del Atlantic Council, advierten que si bien no será crucial, su reapertura sí resulta “muy útil para un mercado con suministros apretados”. Otros expertos, como Robin Mills de Qamar Energy, señalan que el efecto bajista en los precios dependerá del balance entre nuevos envíos y los límites de producción iraquíes.

Depositphotos
Depositphotos

Un desafío productivo ambicioso

Irak no solo busca recuperar volumen, sino transformarse en actor central del mercado petrolero. El país, actualmente en torno a los 4,4-4,5 millones bpd totales (incluyendo Kurdistán), aspira a elevar su capacidad a 7 millones bpd para 2027. Algunos informes sugieren que ese objetivo podría retrasarse hasta 2028-2029 por cuellos de botella logísticos y políticos.

Gran parte de esa expansión dependerá de revisar y robustecer las rutas de exportación —incluidos oleoductos y terminales marítimas— para dar confianza a inversionistas internacionales.

Además, en el sur, se prevén nuevos proyectos de infraestructura como el Sealine 3, que conectará puntos clave del Golfo Pérsico, con capacidad adicional esperada a partir de 2027.

No obstante, el intento de alcanzar cifras similares a las de Arabia Saudí parece complejo: analistas proyectan que el crecimiento iraquí será moderado, advirtiendo limitaciones políticas, financieras y de gobernanza.

Hacia una nueva etapa energética: desafíos y oportunidades

La reapertura del oleoducto Irak-Turquía no es un simple restablecimiento técnico, sino el reflejo de un pacto político con implicaciones geoestratégicas y económicas. Para que este retorno al bombeo sea sostenible, Irak debe superar varios retos:

  • Garantizar estabilidad institucional, pues desacuerdos recurrentes entre Bagdad y Erbil podrían volver afectar la continuidad.
  • Inversiones en infraestructura para que la capacidad de exportación no siga siendo un cuello de botella ante nuevos volúmenes.
  • Coordinación con OPEP y gestión de cuotas, evitando sanciones por sobreproducción que podrían penalizar políticamente.
  • Transparencia y seguridad jurídica para atraer empresas internacionales y asegurar que los proyectos se realicen.

Si Irak logra encauzar este proceso exitosamente, no solo abonará su recuperación económica sino que se posicionará como un actor más decisivo en el tablero energético global.

Un momento clave para Europa y el mercado del crudo

La reactivación del oleoducto Irak-Turquía es un hito de doble filo: para Irak, representa la apertura de un cauce estratégico hacia la rentabilidad de su sector energético y la consolidación de su producción futura; para Europa, ofrece un nuevo canal de abastecimiento en un contexto de volatilidad geopolítica. Aunque no resolverá las tensiones estructurales del mercado, funcionará como un amortiguador significativo frente a rupturas en otras rutas.

Este paso no es definitivo, pero sí simbólico: ahora toca consolidarlo. El éxito dependerá de voluntad política, gestión eficiente e inversiones concretas. La palabra clave —oleoducto Irak-Turquía reabre— apunta al presente, pero también al futuro que puede construirse si se conjugan los factores correctos.

Te invito a leer:

Carlos Slim pide al sector privado salvar a Pemex de su crisis financiera

Shorts

shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube