Fracking, un punto clave en el debate entre Kamala Harris y Donald Trump

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De cara a las elecciones del próximo 5 de noviembre, este martes se llevó a cabo el primer debate entre la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, y el republicano Donald Trump. El evento fue organizado por la cadena de noticias NBC.

Durante este encuentro, el fracking como medio de perforación para la obtención de combustibles fósiles se posicionó como uno de los temas centrales de la agenda.

Al ser cuestionada sobre el tema, la candidata demócrata se limitó a comentar que sus valores no habían cambiado y que quería ayudar a la gente a mejorar, no a ir peor. Así explicó cómo pasó de querer prohibir dicha práctica en el pasado a comprometerse a respetarla como candidata.

El expresidente y ahora candidato republicano contraatacó a su rival demócrata asegurando que “lleva 12 años contra el fracking”.

Cabe mencionar que Harris ha flexibilizado su postura en esta materia, que vuelve a ser de gran importancia para los demócratas, quienes buscan los 19 votos electorales en Pensilvania, el segundo mayor productor de gas natural de Estados Unidos, en gran parte gracias al fracking.

Además, durante su primera entrevista como candidata presidencial, Harris aseguró que en su periodo como vicepresidenta no prohibió el fracking, y aclaró que, de ganar la elección, tampoco lo hará. No obstante, Trump ha cuestionado repetidamente la política energética de Harris en Washington, acusándola de que sus decisiones ambientalistas acabarán con miles de puestos de trabajo y provocarán un incremento en los precios de la gasolina.

“Como la mayoría de los políticos, Kamala está tratando de mentir sobre su posición para ser electa porque sus asesores saben que apoyar una prohibición de este tipo es una sentencia de muerte (…) Pondría por las nubes las facturas de la energía, los precios del gas y el precio de los alimentos”, expresó la portavoz de la campaña de Trump, Karoline Leavitt.

¿Qué es el fracking?

La traducción de esta práctica al español es fracturación hidráulica; se trata de un método de bombeo de agua, arena y productos químicos bajo tierra para la extracción de petróleo y gas en suelos muy densos.

En territorio estadounidense se utiliza en aproximadamente el 95 por ciento de los pozos, y es en gran medida responsable de la producción de petróleo y gas de esa nación.

¿Podrían prohibir el fracking?

La discusión entre Trump y Harris sobre dicho asunto es simbólica, pues solo el Congreso estadounidense tiene la facultad para legalizar una prohibición de esta práctica.

Hace ocho años, la administración de Barack Obama intentó aprobar una norma para que las petroleras y compañías de gas revelaran públicamente, y de forma obligatoria, los productos químicos que empleaban en la fracturación hidráulica, con miras a que el Departamento del Interior pudiera regularlos en terrenos federales, pero un tribunal anuló ambos intentos, alegando que el Congreso no había otorgado al Departamento esa autoridad.

Sin embargo, Estados como Vermont, Washington y Maryland promulgaron leyes locales que prohíben el fracking en su jurisdicción, aunque ninguno es un gran productor de energía. Pensilvania, que sí lo es, lo hizo hace tres años, pero solo en la cuenca del río Delaware.

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