Interconexión logística con Estados Unidos: flujos transfronterizos de gas, gasolina y diésel

Los flujos energéticos entre México y Estados Unidos dependen de infraestructura crítica como los ductos Los Ramones, Burgos y Eagle Ford. Analizamos su papel estratégico en la seguridad energética regional.

Hace 8 horas
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El peso estratégico de la interconexión logística con Estados Unidos

La interconexión logística con Estados Unidos representa uno de los pilares más relevantes para el abastecimiento energético de México. La creciente dependencia de gas natural y combustibles refinados provenientes del mercado estadounidense ha impulsado inversiones millonarias en ductos transfronterizos. Estos sistemas de transporte no solo garantizan el suministro continuo de gasolina, diésel y gas, sino que también fortalecen la competitividad de las zonas industriales del norte y centro del país.

En 2024, más del 70% del gas natural que consume México fue importado de Estados Unidos, según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Este flujo, que crece cada año, requiere una infraestructura logística sólida, capaz de operar con altos estándares de seguridad y eficiencia. Entre los proyectos más relevantes se encuentran los gasoductos Los Ramones, el sistema Burgos y el corredor Eagle Ford, fundamentales para la conexión directa con los campos de shale y las refinerías del sur estadounidense.

Gasoductos Los Ramones: un eje de integración energética

El sistema de gasoductos Los Ramones es uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos en la historia reciente de México. Con una extensión superior a los 1,000 kilómetros, conecta las regiones productoras de gas shale en Texas con el centro del país, atravesando estados como Nuevo León, San Luis Potosí y Querétaro.

Inaugurado en 2016, Los Ramones se ha convertido en la columna vertebral del suministro de gas natural, con una capacidad de transporte de 3,000 millones de pies cúbicos diarios. Esta capacidad cubre las necesidades de sectores estratégicos como generación eléctrica, manufactura automotriz y petroquímica. Además, su diseño y operación cumplen con normas internacionales de seguridad y monitoreo digital, lo que reduce riesgos de interrupciones.

Burgos y la diversificación del gas natural

El sistema Burgos, ubicado en Tamaulipas, desempeña un papel clave en el aprovechamiento de los recursos energéticos del noreste de México. Aunque el gas asociado en esta región ha disminuido en los últimos años, Burgos sigue siendo una plataforma de interconexión entre los ductos internos y la red estadounidense.

Su relevancia actual no radica solo en la producción local, sino en su capacidad de actuar como nodo estratégico para el transporte de gas importado. Las inversiones de empresas como Sempra Infrastructure y TC Energy han potenciado la capacidad de compresión y almacenamiento en esta zona, garantizando un flujo constante hacia el mercado nacional.

Eagle Ford: el corredor de combustibles refinados

El corredor Eagle Ford, que toma su nombre de la cuenca productora de shale en Texas, es esencial para la importación de gasolina y diésel hacia México. A través de una red de ductos y terminales de almacenamiento, este corredor conecta directamente las refinerías de Corpus Christi y Houston con puntos estratégicos en Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas.

La demanda de combustibles refinados en México ha crecido de forma sostenida. En 2024, las importaciones de gasolina superaron los 600 mil barriles diarios, de acuerdo con la Secretaría de Energía (Sener). Una parte importante de este volumen llega mediante ductos transfronterizos, reduciendo costos logísticos frente al transporte marítimo. La cercanía geográfica y la capacidad de respuesta del mercado estadounidense convierten al corredor Eagle Ford en un componente indispensable para el abasto nacional.

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Retos de seguridad y modernización de infraestructura

La interconexión logística con Estados Unidos enfrenta desafíos asociados al mantenimiento de los ductos, la ciberseguridad y el robo de combustibles. El combate al “huachicoleo” sigue siendo un problema en zonas sensibles, aunque la vigilancia electrónica y el despliegue de la Guardia Nacional han reducido las incidencias en tramos críticos.

Otro reto es la necesidad de modernizar tramos antiguos de la red nacional de transporte, para mejorar la compatibilidad con los sistemas estadounidenses. Empresas privadas y Pemex han planteado proyectos de expansión y renovación tecnológica, que incluyen sensores inteligentes para monitorear presiones y detectar fugas en tiempo real.

Interconexión logística y competitividad regional

La integración energética entre México y Estados Unidos no se limita al transporte de hidrocarburos. Se trata de un ecosistema que impacta la competitividad de las industrias mexicanas, al garantizar precios estables de gas natural y un suministro constante de gasolina y diésel.

Estados como Nuevo León y Coahuila, con clusters industriales y automotrices, dependen en gran medida de la eficiencia de esta infraestructura. Las plantas eléctricas de ciclo combinado, que funcionan casi en su totalidad con gas importado, requieren de ductos con alta capacidad y confiabilidad.

Hacia una red transfronteriza más robusta

El futuro de la interconexión logística con Estados Unidos estará marcado por la diversificación de rutas y la digitalización de procesos. Se prevé que nuevos proyectos, como expansiones de Los Ramones y terminales asociadas a Eagle Ford, refuercen la capacidad de transporte. Asimismo, el uso de tecnologías de inteligencia artificial para la gestión de redes permitirá optimizar presiones, reducir costos y anticipar fallas en los ductos.

En el contexto de la transición energética, la infraestructura actual podría adaptarse para el transporte de gas con bajas emisiones de carbono, como mezclas con hidrógeno. Este enfoque, impulsado por la Agencia Internacional de Energía (IEA), busca alinear la logística energética con objetivos de descarbonización hacia 2030.

México frente al desafío de consolidar su interconexión logística

La interconexión logística con Estados Unidos seguirá siendo el motor de abastecimiento de gas, gasolina y diésel para México durante la próxima década. Sin embargo, el reto no solo es mantener el flujo, sino también asegurar su resiliencia frente a eventos climáticos extremos, ciberataques y cambios regulatorios.

Para el sector energético nacional, reforzar la colaboración con empresas estadounidenses y apostar por la innovación tecnológica será clave para garantizar un suministro estable y competitivo. La expansión de ductos como Los Ramones, Burgos y Eagle Ford no solo es una apuesta por la seguridad energética, sino también por la integración económica de toda la región.

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