Tesla, fabricante de vehículos eléctricos fundada en 2003 por Elon Musk, atraviesa un momento de transición que pone a prueba su modelo de negocio. En su reporte financiero del segundo trimestre de 2025, la compañía anunció una ganancia neta de US$1,172 millones, cifra que representó una caída del 16% respecto al mismo periodo del año anterior.
Este revés se da en un contexto de ingresos totales de US$22,496 millones y una disminución del 13% en las entregas de vehículos, con un total de 384,122 unidades entregadas. Estos datos muestran que, si bien la empresa sigue siendo rentable, su crecimiento acelerado se ha ralentizado de forma considerable.
El desempeño se atribuye a varios factores, como la reducción del precio promedio de sus vehículos y un aumento en los gastos de operación debido a la inversión en Inteligencia Artificial (IA) y otros proyectos de I+D. La empresa también destacó la importancia de sus otros negocios, como el de energía, donde los despliegues de baterías de almacenamiento como Megapack alcanzaron un récord por duodécimo trimestre consecutivo.
Por lo que, se puede decir que comienza una transición en Tesla hacia el liderazgo en IA y robótica, además de su enfoque en la industria de vehículos eléctricos. Como parte de esta evolución, la compañía celebró la producción de su vehículo número 8 millones en junio, y lanzó el servicio de Robotaxi en Austin, Texas. La atención ahora se centra en la capacidad de la empresa de Elon Musk para recuperar su rentabilidad y lanzar productos más competitivos.
Como parte de los planes a futuro, el reporte del segundo trimestre de 2025 menciona la intención de realizar inversiones prudentes que permitan el crecimiento de sus negocios de vehículos y energía.
Tesla proyecta lanzar nuevos vehículos en lo que resta de 2025 y la producción de volumen del Cybercab está programada para 2026. Además, sus plantas de litio van por buen camino para iniciar la producción este mismo año, lo que le permitirá fabricar sus propias celdas de batería. Con esta estrategia, la compañía busca recuperar la confianza del mercado, demostrando que su modelo de negocio puede ser resiliente ante los nuevos desafíos del sector automotriz.