México y Pemex: Un Giro Estratégico hacia los Hidrocarburos No Convencionales

Bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, México retoma la exploración de hidrocarburos no convencionales para revitalizar Pemex. Este editorial analiza el giro estratégico de la política energética y sus implicaciones económicas y financieras.

Hace 7 horas
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México y Pemex: Un Giro Estratégico hacia los Hidrocarburos No Convencionales

El 5 de agosto de 2025, el gobierno mexicano, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, anunció un ambicioso plan para revitalizar Petróleos Mexicanos (Pemex) mediante la exploración de hidrocarburos no convencionales, marcando un punto de inflexión en la política energética del país.

Este plan, parte del Plan Estratégico 2025-2035, busca revertir la caída en la producción de crudo, que ronda los 1.6 millones de barriles diarios, y reducir la dependencia de México de las importaciones de gas natural.

Sin embargo, esta decisión, que implica el uso intensivo de la fracturación hidráulica o fracking, rompe con la postura ambientalista del expresidente Andrés Manuel López Obrador y plantea preguntas sobre su viabilidad económica y su impacto a largo plazo.

Contexto del Plan Estratégico de Pemex

El Plan Estratégico 2025-2035 de Pemex tiene como objetivo fortalecer la posición de la empresa estatal en el mercado energético, reducir su deuda de aproximadamente 98,000 millones de dólares y consolidar la soberanía energética de México.

Según el director general de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, México cuenta con un potencial de 64,000 millones de barriles de petróleo crudo equivalente en yacimientos no convencionales, ubicados en las cuencas de Tampico-Misantla, Sabinas-Burro Picachos y Burgos. La meta es alcanzar una producción de 5,000 millones de pies cúbicos diarios de gas natural para 2028 y estabilizar la extracción de crudo en 1.8 millones de barriles diarios durante el sexenio.

La exploración de hidrocarburos no convencionales requiere técnicas avanzadas como el fracking, que consiste en inyectar agua, arena y químicos a alta presión para liberar gas y petróleo atrapados en formaciones geológicas complejas. Este método, aunque efectivo, es controvertido debido a su impacto ambiental, lo que ha generado un debate sobre el equilibrio entre crecimiento económico y sostenibilidad.

Un Cambio de Paradigma Político

La decisión de Sheinbaum de impulsar el fracking marca un cambio significativo respecto a la administración anterior. Durante su campaña en 2024, Sheinbaum expresó reservas sobre esta técnica, alineándose con la propuesta de López Obrador de prohibirla mediante una reforma constitucional. Sin embargo, el anuncio del 5 de agosto refleja un enfoque pragmático, priorizando la autosuficiencia energética y la viabilidad financiera de Pemex sobre las promesas ambientalistas. Según Rodríguez Padilla, “México no es un país gasero, pero tiene un gran potencial. ¿Por qué no explotarlo?”.

Este cambio responde a la necesidad de reducir la dependencia de México de las importaciones de gas natural, que representan más del 70% del consumo nacional, principalmente provenientes de Estados Unidos. La estrategia también incluye asociaciones con el sector privado a través de contratos mixtos, un modelo que busca compartir riesgos financieros y técnicos, inspirándose en el éxito de países como Estados Unidos y Argentina en la explotación de shale gas.

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Oportunidades Económicas

La explotación de hidrocarburos no convencionales ofrece oportunidades significativas para Pemex. El plan proyecta ingresos de hasta 5 billones de pesos durante el sexenio, lo que fortalecería las finanzas de la empresa y reduciría su dependencia de subsidios gubernamentales. Además, el aumento en la producción de gas natural podría estabilizar los precios de los combustibles, cumpliendo el compromiso de Sheinbaum de mantener la gasolina por debajo de los 24 pesos por litro.

La incorporación de tecnología sísmica avanzada y la exploración en áreas de geología compleja podrían maximizar el rendimiento de los yacimientos. Pemex también planea diversificar su portafolio hacia la petroquímica y los fertilizantes, sectores estratégicos que fueron descuidados durante décadas. Estas iniciativas podrían posicionar a Pemex como un pilar de la economía nacional, apoyando programas sociales y obras públicas.

Reestructuración Financiera

Un componente clave del plan es la reestructuración financiera de Pemex, respaldada por la Secretaría de Hacienda. La estrategia incluye una reducción del 25% de la deuda para 2030, un fondo de inversión de 250,000 millones de pesos liderado por Banobras y la banca privada, y un nuevo régimen fiscal denominado Derecho Petrolero para el Bienestar, con tasas del 30% para el petróleo y 11.63% para el gas no asociado. Estas medidas buscan aliviar la presión financiera y recuperar el grado de inversión crediticia de Pemex.

La participación del sector privado es crucial. A diferencia del sexenio anterior, donde el apoyo gubernamental fue incondicional, el plan de Sheinbaum introduce contratos mixtos que permiten a Pemex asociarse con empresas privadas sin ceder el control estratégico. Este enfoque podría atraer inversión extranjera y tecnología avanzada, pero también enfrenta el desafío de superar el rechazo histórico a la privatización del sector energético en México.

Perspectivas a Largo Plazo

El plan proyecta una contribución inicial modesta de los hidrocarburos no convencionales entre 2026 y 2028, con volúmenes significativos esperados a partir de 2029. Para 2030, se estima una producción acumulada de 197 millones de barriles de crudo y 303 mil millones de pies cúbicos de gas. Sin embargo, el éxito dependerá de la capacidad de Pemex para superar los desafíos técnicos y financieros, así como de la aceptación pública de las asociaciones con el sector privado.

Hacia una Nueva Era Energética

El giro hacia los hidrocarburos no convencionales refleja un esfuerzo por rescatar a Pemex y consolidar la soberanía energética de México. Sin embargo, el éxito de esta estrategia dependerá de la capacidad del gobierno para implementar tecnologías avanzadas y garantizar la transparencia en los contratos con el sector privado.

La experiencia de Sheinbaum como científica y su compromiso con el desarrollo económico sugieren un enfoque basado en el pragmatismo, pero la presión para cumplir con las expectativas financieras será intensa.

La reactivación del fracking en México es una apuesta audaz para fortalecer Pemex y reducir la dependencia energética. Sin embargo, su éxito dependerá de una ejecución rigurosa y de la capacidad de equilibrar los objetivos económicos con la responsabilidad social y ambiental.

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