El nombre de BYD se ha vuelto sinónimo de innovación en la industria automotriz, pero su historia comenzó mucho antes de la era de los vehículos eléctricos. Fundada en 1994 por Wang Chuanfu en Shenzhen, China, la compañía inició su camino como un fabricante de baterías recargables.
Años después, su enfoque en la tecnología y la eficiencia la convirtió en uno de los principales proveedores de la industria de la telefonía móvil, con clientes como Motorola y Nokia. Este éxito en el desarrollo de baterías le dio la base tecnológica para dar un salto estratégico a la industria automotriz.
En 2003, BYD adquirió una empresa automotriz y nació BYD Auto, la división que hoy produce vehículos de nuevas energías. El nombre de la compañía, acrónimo de “Build Your Dreams” (Construye tus sueños), refleja su visión sobre un futuro sostenible impulsado por la tecnología.
Este enfoque se materializó en 2008 con un hito histórico: el magnate estadounidense Warren Buffett, a través de su holding Berkshire Hathaway, invirtió en BYD, un movimiento que le dio a BYD una credibilidad internacional y un impulso financiero sin precedentes.
A partir de entonces, la empresa ha diversificado su portafolio en cuatro pilares: automoción, electrónica, energías renovables y transporte ferroviario. Esta integración vertical, que le permite controlar la cadena de suministro de forma integral, ha sido un diferenciador clave que le ha dado una ventaja competitiva frente a otros fabricantes.
BYD no sólo fabrica vehículos, sino que también produce sus propias baterías (como la Blade Battery, conocida por su seguridad y durabilidad). Este punto es fundamental para controlar costos y mantener una innovación constante.
En el mercado global, BYD ha superado a Tesla como la principal marca de vehículos híbridos. De acuerdo con CNBC, BYD registró un aumento de 29% en sus ventas en 2024 con respecto a 2023. Esto significa que sus ingresos anuales sumaron US$107,000 millones, superando a Tesla que obtuvo US$97,700 millones el año pasado.
Su crecimiento ha sido exponencial, con una estrategia agresiva de precios y una amplia gama de modelos, que van desde vehículos accesibles como el Seagull (Dolphin Mini en México), hasta modelos premium.
En el caso de nuestro país, BYD ha logrado una rápida penetración desde su llegada en 2023, superando las 80,000 unidades vendidas y abriendo más de 80 showrooms. El éxito en México ha posicionado a la operación local como un modelo de expansión para el resto de América Latina, demostrando que su estrategia global de “tecnología para todos” ha encontrado un mercado ideal.