Un desafío imprescindible en la era digital
La demanda eléctrica de los centros de datos en EE. UU. crecerá de forma sin precedentes. Se prevé incorporar 60 GW de capacidad adicional para 2030 y 93 GW para 2035, lo que representa cerca del 15,5 % del pico actual. Para Pooja Shah, consultora sénior de DNV, el reto imprescindible consiste en asegurar electricidad confiable y escalable en plazos cada vez más cortos frente a redes limitadas y competencia por recursos.
Cuellos de botella y concentración en mercados desregulados
Mercados como ERCOT y PJM concentran la mayor parte de nuevos proyectos, generando congestión y energía limitada. Shah señala que, aunque esto distorsiona precios, también abre oportunidades para que desarrolladores de centros de datos aprovechen energía disponible a menor costo mediante acuerdos locales. Sin embargo, la volatilidad y los retrasos de interconexión añaden incertidumbre.
Renovables y almacenamiento: respuesta inmediata
A pesar del retroceso de algunas políticas federales, las energías renovables y el almacenamiento ofrecen la vía más rápida y rentable para garantizar un suministro fiable en el corto plazo. Al combinarse, permiten sortear cuellos de botella en la red y acortar tiempos de conexión para proyectos superiores a 300 MW, incluso ante cambios regulatorios recientes.
Más allá de 2035: inversión y rediseño del sistema eléctrico
La combinación de inversión privada y políticas actuales no asegura por sí sola el abastecimiento. Shah propone replantear la mezcla energética y las estrategias de interconexión para mantener precios competitivos y fiabilidad. La industria necesitará integrar todas las fuentes disponibles —renovables, térmicas, nuclear— bajo criterios de resiliencia financiera y técnica.
Perspectiva editorial: una carrera contra el tiempo
Garantizar electricidad confiable y escalable es hoy más que un objetivo técnico: es la base imprescindible para la economía digital y la seguridad de datos. De no actuar con rapidez, la brecha entre demanda y capacidad podría traducirse en costos crecientes y riesgos operativos. La oportunidad está en innovar en redes, almacenamiento y modelos de contratación para que la infraestructura energética acompañe al ritmo del progreso tecnológico.
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