Avionazo de Air India impacta a la ya turbulenta trayectoria de Boeing

El accidente registrado en Ahmedabad se suma a la delicada situación financiera de la compañía y la agresiva vigilancia que ya aplicaban autoridades estadounidenses por fallas previas en las aeronaves

Hace 22 horas
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Depositphotos_Air India
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La caída del vuelo AI 171 de Air India, operado por un Boeing 787-8 Dreamliner, que provocó la muerte de 242 personas, reaviva las dudas sobre la seguridad y calidad de los aviones fabricados por Boeing.

Aunque aún se investigan las causas del accidente, el impacto sobre la compañía ha sido inmediato: sus acciones cayeron un 5% en la Bolsa de Nueva York, y su reputación se deteriora aún más en un entorno de creciente escrutinio y crisis financiera.

Este nuevo accidente ocurre en un momento crítico para la compañía estadounidense, que desde hace años enfrenta una cadena de desafíos que han puesto en entredicho su liderazgo en la industria aeroespacial. 

La desconfianza comenzó a escalar en 2019, cuando dos accidentes fatales del modelo 737 MAX causaron la muerte de 346 personas. Las investigaciones revelaron posibles fallas de diseño y una cultura interna que priorizaba las entregas y los costos por encima de la seguridad, Boeing fue acusado incluso de haber engañado a los reguladores en el proceso de certificación.

Para 2020, la pandemia de COVID-19 afectó gravemente la demanda de aviones comerciales, exacerbando la crisis interna de Boeing y desde entonces la empresa ha acumulado pérdidas netas superiores a los 35 mil  millones de dólares, siendo el 2018 el último año positivo registrado.

Boeing negoció  acuerdos millonarios con familias afectadas por los accidentes previos. 

La situación se agravó aún más en enero de 2024, cuando un 737 MAX casi nuevo sufrió la explosión de un panel en pleno vuelo. Este incidente detonó nuevas investigaciones de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), que intensificó las auditorías de seguridad y calidad en todas las líneas de producción de Boeing.

En paralelo, la compañía enfrentó tensiones laborales cuando en septiembre del año pasado, unos 33 mil trabajadores sindicalizados iniciaron una huelga que paralizó la producción de modelos clave como el 737 MAX, el 767 y el 777, lo que agravó aún más las finanzas de la compañía, que cerró ese año con una pérdida neta de 11 mil 830 millones de dólares.

A la espera de los resultados oficiales de la investigación, el golpe reputacional podría significar un nuevo punto de inflexión negativo para el gigante aeronáutico.

María Fernanda Navarro

María Fernanda Navarro

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