Nearshoring aeroespacial: una oportunidad que México ya capitaliza
En la reconfiguración geopolítica y logística del comercio global, México emerge como uno de los principales beneficiarios del nearshoring, especialmente en el sector aeroespacial. Con más de 350 empresas del ramo distribuidas en 18 estados, el país ocupa el 14º lugar mundial como exportador aeroespacial, según datos de la FEMIA (Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial).
Entre los principales destinos de exportación destacan Estados Unidos, Canadá y algunos países europeos, interesados en reducir la dependencia de cadenas de suministro asiáticas y apostar por proveedores cercanos, confiables y con talento técnico disponible. En ese escenario, México ofrece ventajas competitivas únicas: ubicación geoestratégica, mano de obra calificada y costos operativos atractivos.
Las grandes firmas —como Safran, Bombardier, Honeywell, Collins Aerospace y Airbus— ya operan con manufactura de componentes críticos en suelo mexicano. Pero más allá del ensamblaje, el país comienza a incursionar en áreas de mayor valor agregado: diseño, ingeniería, mantenimiento (MRO) y pruebas.
Bajío, Baja California y Sonora: los nuevos ejes de integración aeroespacial
Bajío: ecosistema industrial con visión de largo plazo
El Bajío —particularmente Querétaro, Guanajuato y San Luis Potosí— ha desarrollado un ecosistema que trasciende la manufactura tradicional. Querétaro concentra más de 80 empresas del sector, alberga al Clúster Aeroespacial de Querétaro y cuenta con el Centro Nacional de Tecnologías Aeronáuticas (CENTA), único en América Latina con capacidades de desarrollo tecnológico especializado.
La presencia del Aeropuerto Intercontinental de Querétaro, así como universidades como el Instituto Tecnológico de Querétaro o el CONALEP con carreras enfocadas en mecánica aeronáutica, consolidan un entorno favorable para la inversión extranjera directa. Además, la disponibilidad de energía eléctrica industrial y la conectividad logística complementan el perfil competitivo de la región.
Baja California: liderazgo binacional en manufactura de alta precisión
Tijuana y Mexicali concentran el clúster aeroespacial más antiguo del país, con más de 100 empresas en operación. En esta región fronteriza, el modelo binacional ha permitido una integración fluida con proveedores y ensambladores estadounidenses, particularmente en San Diego y el sur de California.
Baja California destaca por su especialización en cableado aeroespacial, sistemas eléctricos, estructuras metálicas y plásticos técnicos. Empresas como UTC Aerospace Systems, GKN Aerospace y Gulfstream desarrollan componentes de alta precisión en esta región. Además, su infraestructura energética confiable y la cercanía con puertos logísticos hacen de este estado un eje indispensable en la cadena de suministro aeroespacial.
Sonora: sinergia entre energía limpia y manufactura avanzada
En los últimos cinco años, Sonora ha consolidado su presencia en el mapa aeroespacial nacional. Hermosillo y Guaymas albergan empresas dedicadas a mecanizado de alta precisión, tratamientos térmicos y componentes estructurales.
Pero el verdadero valor estratégico de Sonora está en su potencial energético. Gracias al Plan Sonora de Energías Sostenibles, que contempla 5,000 MW de capacidad solar para 2030, el estado podría ofrecer manufactura aeroespacial con bajo contenido de carbono, una ventaja creciente ante los criterios ESG (Environmental, Social, and Governance) exigidos por las grandes OEMs.
Además, el puerto de Guaymas está siendo modernizado para ampliar la salida marítima de componentes hacia Asia y Estados Unidos, mientras que parques industriales como el de Empalme incorporan estándares internacionales en sostenibilidad energética.
Talento técnico y capital humano: el motor silencioso del ascenso mexicano
Uno de los activos más valiosos de México en la cadena de suministro aeroespacial es su capital humano. Más de 3,000 ingenieros egresan anualmente con formación en áreas afines a la aeronáutica, y existen más de 50 programas universitarios especializados en el país.
La vinculación entre instituciones educativas y empresas ha permitido desarrollar competencias técnicas que van desde el diseño CAD y análisis estructural, hasta manufactura aditiva y pruebas no destructivas. En regiones como Querétaro o Chihuahua, los modelos de formación dual han sido replicados con éxito para capacitar personal conforme a estándares de Airbus o Boeing.
En este contexto, México no solo provee mano de obra, sino talento técnico capaz de integrarse a procesos complejos, con dominio de normativas internacionales (AS9100, NADCAP) y con creciente participación femenina en áreas de ingeniería.
México en la cadena de suministro aeroespacial: impulso estratégico y visión industrial
La presencia de México en la cadena de suministro aeroespacial global ya no es periférica ni secundaria. La convergencia de factores como el nearshoring, la disponibilidad energética, el desarrollo de talento técnico y la infraestructura industrial en regiones clave como el Bajío, Baja California y Sonora, refuerzan su posicionamiento como un socio estratégico de largo plazo.
El reto está en mantener el impulso. Para ello, será clave una política industrial coherente, incentivos a la innovación, financiamiento al desarrollo tecnológico y una integración energética sostenible. México tiene el talento, la geografía y los recursos: ahora necesita la visión para convertirse en hub aeroespacial del hemisferio.
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