Lujo gamer: cómo Porsche, Louis Vuitton y Moncler están redefiniendo el gaming premium

El lujo gamer se consolida como nueva frontera del entretenimiento premium. Porsche, Louis Vuitton y Moncler despliegan sillas de gaming de alto rendimiento, skins de colección y colaboraciones con Fortnite y League of Legends para conquistar a una generación de jugadores de alto patrimonio.

por:  Redacción
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Lujo gamer; pexels-cottonbro
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Durante años, el videojuego fue territorio de la cultura pop masiva. Hoy, el lujo gamer es un capítulo propio de la alta industria del entretenimiento. Las mismas casas que diseñan bolsos icónicos, abrigos acolchados de alta montaña o autos deportivos de culto están entrando en el gaming con la misma lógica de exclusividad, performance y diseño.

Según el Global Games Market Report 2024 de Newzoo, el mercado mundial de videojuegos generará alrededor de 187.7 mil millones de dólares en 2024, con un crecimiento anual de 2.1 %.(Best of Gaming) En ese océano de jugadores, el segmento premium —HNWIs y coleccionistas— se ha convertido en un laboratorio para consolas custom, skins de lujo y espacios de juego inmersivo en residencias de ultra-alta gama.

Porsche: del paddock a la sala de videojuegos

En el universo del lujo gamer, Porsche aporta algo que pocos pueden replicar: el lenguaje de la competición real trasladado al hogar. La marca, a través de Porsche y Porsche Design, ha desarrollado productos específicos para gaming, como el RECARO x Porsche Gaming Chair Limited Edition, una silla que toma como referencia los asientos de competición de la firma y está pensada para largas sesiones frente a la pantalla.

El propio comunicado oficial subraya que este asiento busca llevar “la sensación auténtica de las carreras del circuito a la pantalla”, con ergonomía avanzada y soporte para uso intensivo. A esto se suma una línea de volantes y accesorios de simulación inspirados en modelos como el 911 GT3 Cup, pensados para entornos de sim racing de alto rendimiento.

En paralelo, programas como el Porsche Racing Experience utilizan simuladores y realidad virtual para entrenar a pilotos, demostrando que la inmersión tecnológica ya forma parte del ADN de la marca. Este know-how técnico se traslada naturalmente a los clientes que equipan sus salas de juego con rigs profesionales, pantallas de alta frecuencia y muebles de diseño automotriz.

Louis Vuitton y el fashion gaming: skins como piezas de colección

Si hay una maison que entendió el potencial simbólico del gaming, es Louis Vuitton. En 2019, la casa francesa anunció una alianza con Riot Games para el League of Legends World Championship: diseñó un estuche de viaje para el trofeo “Summoner’s Cup” y se encargó de crear skins de edición limitada y una cápsula de moda firmadas por Nicolas Ghesquière.

Estas skins digitales —que cambian la apariencia de campeones dentro del juego— funcionan como extensión directa del lenguaje de la maison: incorporan bolsos, botas y detalles reconocibles de su universo físico.El resultado fue doble: por un lado, posicionó a Louis Vuitton frente a una audiencia global joven; por otro, legitimó el fashion gaming como plataforma donde el lujo puede crear objetos de deseo exclusivamente digitales.

Para el público de alto patrimonio, estas colaboraciones abren la puerta a un portafolio híbrido: baúles de viaje físicos y “baúles” virtuales de skins de colección, todos bajo la misma lógica de escasez, storytelling y estatus.

Moncler y Fortnite: la moda técnica entra al metaverso

En 2021, Moncler dio un paso clave en la conquista del lujo gamer al lanzar el Moncler Classic Set dentro de Fortnite. El conjunto incluyó dos atuendos (Andre y Renee) inspirados en la colección 6 Moncler 1017 Alyx 9SM, con una mecánica reactiva: la ropa cambia de claro a oscuro según la altitud del jugador en el mapa.

El paquete se completó con mochila, pico, ala delta y pantalla de carga, todos integrados en el ecosistema estético de la marca. La alianza no solo otorgó visibilidad masiva a Moncler entre millones de jugadores, sino que también consolidó el concepto de outerwear de lujo dentro de un entorno digital de alto impacto cultural.

Lujo gamer; pexels-cottonbro
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Salas de juego inmersivas: del “media room” al templo del lujo gamer

En el mundo físico, la demanda de espacios de entretenimiento dedicados no deja de crecer en el segmento de alta gama. Informes y análisis de lujo residencial de firmas como Sotheby’s International Realty apuntan a la expansión de rec rooms, home theaters y lounges como parte del estándar aspiracional en viviendas de gama alta.

En 2025, diversos reportes de tendencias en vivienda premium destacan la integración de home theaters, game rooms y salones de entretenimiento como rasgos deseables que añaden valor y diferenciación a las propiedades, junto con spas privados y automatización avanzada. Ejemplos de listados de lujo en Estados Unidos y resorts de alta gama muestran villas con game rooms temáticos, arcades completos y salas híbridas cine–gaming como parte del paquete de amenities.

La versión más sofisticada de este fenómeno es la sala de gaming inmersivo: un espacio con aislamiento acústico, iluminación regulada, displays de gran formato y mobiliario de diseño, donde sillas de gaming de alta gama —como las desarrolladas con Porsche Design o marcas de simulación profesional— se convierten en el centro de la experiencia.

“En la misma línea de entretenimiento inmersivo, las salas de gaming de ultra-alta gama conviven con el nuevo ‘cine privado’ doméstico y con los conciertos íntimos en villas de lujo, tendencias que analizamos en nuestros artículos sobre experiencias de hospitalidad extrema y entretenimiento a medida.”

Hacia un patrimonio lúdico: el juego como nuevo código de estatus

Con datos sólidos —desde los 187.7 mil millones de dólares del mercado global de videojuegos en 2024 hasta las alianzas documentadas de Louis Vuitton con League of Legends y Moncler con Fortnite— el mensaje es claro: el lujo gamer ya no es una curiosidad, sino un frente estratégico donde se cruzan moda, tecnología y diseño de espacios.

Las marcas no solo venden productos; construyen ecosistemas de entretenimiento que acompañan al consumidor desde el simulador de carreras al salón de una villa frente al mar, y de ahí a un lobby virtual en un videojuego global. Para la élite digital de hoy, el valor no está solo en el objeto, sino en la experiencia inmersiva que ese objeto habilita.

En los próximos años, veremos cómo las consolas custom, las skins de colección y las salas de juego diseñadas por arquitectos de lujo se integran al lenguaje patrimonial del siglo XXI: un universo donde jugar, literalmente, también es una forma de invertir en identidad y estatus.