Pocas piezas encapsulan con tanta nitidez el pulso de la alta relojería como el Chronomaster Original de Zenith. Hoy, el ícono nacido en 1969 —conocido por introducir el calibre automático de cronógrafo El Primero— se renueva con una elegancia que no necesita estridencias: una nueva versión con esfera azul medianoche que reafirma su estatus atemporal y desafiante.
Foto Zenith
Diseño clásico, detalles contemporáneos
Esta edición especial conserva la caja compacta de acero inoxidable de 38 mm —una réplica fiel de la referencia A386 original— y destaca por su limpia silueta sin bisel, pulsadores tipo bomba y acabados cepillados y pulidos que revelan la maestría suiza en cada detalle. A su estética clásica se suma la reconocible disposición tricolor de los registros del cronógrafo, realzados por un anillo plateado que marca décimas de segundo con una legibilidad inmejorable.
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El corazón del Chronomaster Original: El Primero 3600
En el interior, late el calibre El Primero 3600, evolución directa del revolucionario movimiento de los años sesenta. Capaz de medir el tiempo con precisión de una décima de segundo gracias a su frecuencia de 5 Hz, este motor moderno ofrece además una reserva de marcha de 60 horas y una visualización del cronógrafo donde la aguja central gira cada 10 segundos. Todo se revela en una arquitectura visible a través del fondo de zafiro, donde la estrella de cinco puntas —emblema de Zenith— marca su firma.
Acabados que hablan de elegancia y herencia
La pieza se entrega con una correa de piel de becerro azul con pespuntes tono sobre tono, y también incluye un brazalete metálico de tres eslabones con cierre desplegable. Es un objeto para quienes valoran el pasado, pero caminan firmes hacia el futuro.