Desde su debut en 1983, el Rado Anatom ha sido una pieza que trasciende las tendencias para convertirse en un objeto de culto dentro de la alta relojería. Su nombre es un guiño directo a su diseño ergonómico que se adapta de forma natural a la muñeca, un detalle que refuerza su carácter distintivo en un mercado saturado de relojes genéricos.
Hoy, cuatro décadas después, la manufactura suiza reinterpreta su legado con tres nuevos modelos que le rinden tributo a través del color y la frescura: amarillo limón, verde lima y rojo pomelo. Tonos vibrantes que evocan el optimismo de la temporada estival y refuerzan su presencia en cualquier contexto, ya sea en una galería de arte o bajo el sol junto al mar.
Tecnología y materiales que marcan la diferencia
El nuevo Anatom conserva los pilares técnicos que han definido a la firma: caja en cerámica de alta tecnología, cristal de zafiro de una sola pieza y bisel negro pulido que enmarca carátulas con degradados en negro y los tonos cítricos elegidos para esta colección. La ergonomía no es casualidad: cada componente ha sido pensado para lograr una experiencia de uso cómoda, ligera y durable.
En su interior late el calibre R766, un movimiento automático con espiral antimagnética Nivachron™, reserva de marcha de 72 horas y ajuste en cinco posiciones para garantizar precisión. El emblema de ancla móvil, sello de la casa, aparece justo a las 12 horas sobre fondo negro, un gesto clásico que refuerza su identidad.
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Un verano a todo color
Cada versión encuentra su equilibrio en correas de caucho fluorado que repiten el tono protagonista: amarillo, verde o rojo. Resistentes a la radiación UV, ácidos y disolventes, son tan prácticas como vistosas. El diseño se completa con cierres desplegables de acero y detalles en cerámica que refuerzan su durabilidad.
Rado Anatom celebra el verano con una declaración de estilo que conjuga herencia, innovación y atrevimiento cromático. Un guiño contemporáneo a los coleccionistas que saben que el diseño también se lleva en la muñeca.
