La gasolina tiene un alto peso en la economía mexicana, derivado de que gran parte de la movilidad de las personas depende de esta; en forma legal, en las estaciones de servicio, las ventas de gasolina fluctúan entre los $2,800 y $3,000 millones diarios. De este monto, entre $1,000 y $1,200 millones son IEPS e IVA.
Ante toda esta cantidad de peculio, realmente es un negocio para todas las partes de la cadena que la conforman, en el precio unitario, y por el que paga el consumidor en cada litro.
¿Dónde está el negocio?
Primero, hay que comprender que la gasolina no es un producto que sale en forma natural de un yacimiento petrolero. Esta es un derivado del proceso de una destilación, y que ocurre en una refinería; la cual está conformada por distintos procesos de mejora dentro de esta y cuyo objetivo es tener un producto, para poder ser utilizado en un motor. También debe de cumplir con ciertos requerimientos y de acuerdo con las normas en cada país. En México, la gasolina está regulada bajo la NOM-016 de la CRE. A lo cual, toda gasolina importada, comercializada y distribuida debe cumplir para que pueda ser vendida en las más de 13,769 estaciones de servicio, a las que tiene acceso el consumidor.
El costo de refinar un litro de petróleo crudo en México, para el obtener un litro de gasolina, fluctúa entre $5 y $5.50, y que, al comparar con las refinerías del vecino del norte, está entre 2 y 2.5 veces mayor el costo. Siendo que tenemos una ventaja competitiva, debido a que el petróleo crudo que entra al sistema de refinación mexicano es barato comparado con el usado en Estados Unidos. Pero cuya calidad no ayuda a las refinerías por ser en su mayoría pesado, con un alto contenido de azufre y otros componentes, que hacen la necesidad de invertir en más procesos para obtener productos libres de azufre y con buena composición para su quema en las cámaras de combustión de los motores en donde son utilizados.
Entonces, como primer cálculo, para la conformación de precio unitario, podemos indicar que el primer costo de salida es el observado en las terminales de almacenamiento, privadas o de Pemex, al que está integrado el precio de salida de las refinerías mexicanas o el importado en forma legal, y en ambos incluye el costo del barril usado para ser refinado.
Es aquí donde está el verdadero negocio y donde está la base inicial para el precio final de la gasolina, al mercado para cada consumidor que tiene que pagar para llenar el tanque de su automóvil. A donde existe una parte mercenaria y la cual da lugar al desequilibrio del mercado, y que cual depende de la legalidad, ética y profesionalismo de quien comercializa o distribuye en todas las estaciones de servicio. En este punto, surge la primera incertidumbre en México: ¿existe gasolina de buena calidad?
Aquí empieza la honradez del que importa o produce la gasolina. PEMEX venderá sus productos a empresas que comercializan o distribuyen en forma correcta a las estaciones de servicio en calidad y la certeza de que el producto cumple con los requerimientos legales de su trazabilidad, y estas últimas exigen que se cumpla a cabalidad lo anterior.
El precio de salida en cada terminal de almacenamiento dictamina si el precio es legal o ilegal. Debido a que puede haber algunos centros de almacenamiento, no tengan el permiso otorgado para operar, por parte de la Comisión Nacional de Energía (CNE, anteriormente CRE), como un comercializador o distribuidor.
Actualmente, existen alrededor de 252 permisos de distribuidor otorgados por la CNE y cuya característica principal es el tener centros de almacenamiento y un sistema de logística propio o rentado. Es a través de estos, y en conjunto con PEMEX, como venden en forma directa al mercado a través de una comercializadora o en forma directa a las estaciones de servicio; 26 de estos permisos son de distribuidores asociados de Pemex, que es un socio estratégico para la distribución de combustibles a nivel nacional y almacenan 42 millones de litros. Estos permisos corresponden a empresas que comercializan legalmente productos que la empresa estatal obtiene de la importación de gasolinas o de su producción propia; 11 permisos pertenecen a compañías como Arco, Valero y ExxonMobil, mientras que 123 pertenecen a empresas independientes que ofrecen sus servicios al mercado.
La pregunta a la CNE: ¿cuántas empresas o lugares existen sin permiso actualmente? Este número en la clandestinidad genera una distorsión del mercado, al crear una competencia desleal al precio de salida para el mercado o simplemente ofrecen un precio por debajo del legal al no estar dentro de las regulaciones oficiales, dando lugar a una distorsión, al no saber la trazabilidad de estas.
Para responder esta pregunta, la nueva CNE deberá hacer una supervisión con todas las instancias gubernamentales en donde haya indicios de almacenamiento de hidrocarburos o productos derivados de estos, a los cuales no cumplan con los permisos en medioambiente, almacenamiento, calidad y, sobre todo, el saber la procedencia de la gasolina.
Actualmente, en el mercado de las terminales de almacenamiento, y ante la regulación vigente de mantener el precio por debajo de los $24 por litro a la gasolina, se ha contraído el total de este mercado en alrededor de $200 millones en forma diaria. Esto debido a que el precio de salida de las terminales, sin contabilizar IEPS e IVA, era de $13.12 por litro en el mes de enero, y actualmente ha bajado a $11.50.
Esta variación de unos $1.62 por litro proviene, en primera instancia, por el precio del barril que ha disminuido en los últimos meses, y por el cambio realizado por parte de la empresa del estado para ayudar a alcanzar el objetivo del precio máximo colocado por las políticas públicas para el corto plazo. La empresa está absorbiendo esta disminución, entre $1 y $1.30, y esto se observa en la disminución en los ingresos reportados por PEMEX en este primer trimestre de 2025. ¿PEMEX subsidia a la gasolina hoy en día?
Es importante que la SENER, CNE, PROFECO, y en conjunto con PEMEX, puedan establecer una trazabilidad de cada litro vendido en las estaciones de servicio, basado en la credibilidad física, y en el papel sea fidedigno, y esto da certeza al consumidor a lo que compra en cada estación.
El problema no radica en los distribuidores con permiso, sino en los que comercializan el producto en forma legal, y cuya responsabilidad y objetivo debe ser el entregar un producto de buena calidad, y que todo esté en regla ante todas las instancias que regulan.
En México, hay más de 38 millones de vehículos automotrices que consumen aproximadamente 120 millones de litros de gasolina diariamente. Estos vehículos contaminan cada día con más de 300,000 toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2e).
Entre 65 y 70 millones de litros de gasolina consumida son importados. La empresa estatal introduce al mercado entre el 70 y 75% del total. Esto indica que México depende de las refinerías de Estados Unidos.
Conclusión
La nación ha forzado a Pemex a subsidiar a la gasolina, absorbiendo costos que ya habían sido reconocidos, y ahora la empresa tendrá una disminución de su flujo operativo hasta la utilidad bruta operativa.
La única opción para no disminuir los ingresos de la empresa es que toda la gasolina proceda de manera lícita en el mercado, y que la CNE revise todos los permisos de comercialización, distribución, transporte y todos los que influyan en la operatividad de la cadena del mercado de combustibles, para dar certeza y piso parejo en el mercado ante lo ilícito que se ha vuelto lícito.