Clústeres industriales sostenibles: casos de éxito y oportunidades en México

México avanza hacia la descarbonización de su industria gracias a iniciativas como los clústeres industriales sostenibles. El Foro Económico Mundial respalda casos emblemáticos que ya están marcando el rumbo hacia una economía baja en carbono.

Hace 2 horas
COMPARTIR
Petróleo & Energía
Petróleo & Energía

Clústeres industriales sostenibles: casos de éxito y oportunidades en México

En el contexto del Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los clústeres industriales sostenibles emergen como motores clave de transformación productiva. México, con su vocación manufacturera y su posición estratégica, ha comenzado a implementar modelos colaborativos de descarbonización industrial que cuentan con el respaldo de organismos internacionales como el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). Este enfoque no solo impulsa la competitividad, sino que convierte a la sostenibilidad en un activo estratégico.

Casos destacados: el liderazgo de Monterrey y Yucatán

En 2022, el Foro Económico Mundial lanzó la iniciativa Transitioning Industrial Clusters Towards Net Zero, la cual busca agrupar a empresas, gobiernos y academia para acelerar la neutralidad climática. México figura entre los países pioneros con dos clústeres reconocidos internacionalmente:

  • Clúster Industrial de Monterrey: Coordinado por la organización Nuevo León 4.0 y el Consejo Nuevo León, este proyecto agrupa a gigantes industriales como Cemex, Ternium, DeAcero y Vitro. Su objetivo es reducir emisiones en más de un millón de toneladas de CO₂ al año para 2030. Entre las acciones clave se encuentran la eficiencia energética, electrificación de procesos y uso de hidrógeno verde.
  • Yucatán Green Power Cluster: Focalizado en el desarrollo de energías renovables y cadenas de valor limpias, ha sido impulsado por la Secretaría de Fomento Económico y Trabajo del estado, en colaboración con firmas como Holcim y Enel Green Power. El clúster busca reducir 750,000 toneladas de CO₂ anualmente mediante infraestructura solar y mecanismos de economía circular.

Ambos casos son muestra de cómo el trabajo colaborativo y multisectorial puede generar impactos medibles en la huella de carbono y atraer inversiones alineadas con los principios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza).

Transición industrial: implicaciones técnicas y económicas

Los clústeres industriales sostenibles no son simples zonas económicas: representan una nueva lógica de producción limpia basada en tres principios fundamentales:

  1. Sinergias entre empresas: compartición de recursos como vapor, agua tratada, energía residual o infraestructuras logísticas para disminuir el consumo total.
  2. Digitalización industrial: uso de tecnologías de la Industria 4.0 para monitoreo en tiempo real de emisiones, eficiencia y trazabilidad de insumos.
  3. Finanzas verdes y marcos regulatorios: acceso a mecanismos de financiamiento climático y certificaciones de desempeño ambiental, como el estándar Science Based Targets (SBTi).

Según diversos análisis de McKinsey, las estrategias de eficiencia energética y digitalización en entornos industriales colaborativos pueden generar ahorros operativos significativos, al tiempo que mejoran la resiliencia frente a disrupciones climáticas y logísticas.

Aunque el porcentaje puede variar según el sector, se ha documentado que las mejoras en procesos industriales sustentables pueden traducirse en reducciones de costos energéticos de entre 10 % y 30 %, particularmente cuando se integran tecnologías inteligentes y esquemas de economía circular.

Además, permiten regionalizar soluciones: mientras el norte del país prioriza la electrificación industrial y el uso de gas natural como transición, el sur apuesta por renovables y ecoparques agroindustriales con baja intensidad energética.

Nuevas oportunidades para México

México tiene una oportunidad sin precedentes para escalar el modelo de clústeres industriales sostenibles en al menos cinco corredores estratégicos:

  • Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec: con enfoque logístico-energético.
  • Zona Metropolitana de Guadalajara: desarrollo de hub tecnológico con reducción de emisiones industriales.
  • Zona del Bajío (Querétaro, Guanajuato): manufactura avanzada con eficiencia energética y captura de carbono.
  • Ciudad Juárez – El Paso: clúster binacional para transición energética en maquila y transporte.
  • Región Centro-Pacífico (Colima – Michoacán): agroindustria circular y autosuficiencia hídrica.

Estos espacios pueden convertirse en polos de atracción para inversión extranjera directa verde, acceso a créditos multilaterales y creación de empleos de alta calificación. Sin embargo, su consolidación requiere políticas públicas coordinadas, incentivos fiscales claros y alineamiento entre federación, estados y municipios.

La experiencia internacional —como el Hydrogen Valley en los Países Bajos o el clúster industrial limpio de Kalundborg en Dinamarca— ofrece modelos replicables adaptables a las realidades mexicanas.

Apostar por lo colectivo: el camino sostenible para la industria mexicana

El impulso a clústeres industriales sostenibles en México no debe verse como una moda o imposición internacional, sino como una ruta estratégica hacia una economía más resiliente, competitiva y climáticamente responsable. A medida que aumentan las exigencias de los mercados globales, las cadenas de suministro y los consumidores finales, solo aquellas regiones que transformen sus modelos productivos podrán sostener el crecimiento económico sin sacrificar su capital ambiental.

México cuenta con el talento, la infraestructura y el marco de relaciones internacionales para posicionarse como líder industrial bajo en carbono. Pero para lograrlo, se necesita visión de largo plazo, continuidad institucional y una concertación genuina entre gobierno, industria y sociedad civil.

Te invito a leer:

Ciudades carbono neutro: así será vivir en los centros urbanos del futuro