El petróleo que no se mueve, pero genera
En un mercado donde la volatilidad marca el ritmo, hay ocasiones en que la quietud del petróleo puede ser más rentable que su venta inmediata. Es el caso del contango, una estructura del mercado en la que los precios futuros del crudo superan a los del presente. Este fenómeno económico transforma el acto de almacenar petróleo en una decisión estratégica y potencialmente lucrativa.
En escenarios de contango, los comerciantes y operadores de energía apuestan a que el diferencial entre precios actuales y futuros cubrirá los costos de almacenamiento —y generará ganancias. En este contexto, instalaciones como las de Cushing, Oklahoma, cobran protagonismo como nodos logísticos y financieros dentro del sistema petrolero global.
¿Qué es el contango y por qué importa?
El contango se presenta cuando los contratos a futuro de una materia prima, como el petróleo, tienen precios más altos que los contratos con vencimientos cercanos. Esta condición puede parecer paradójica, pero responde a dinámicas fundamentales del mercado: exceso de oferta, expectativas de aumento de demanda o devaluación monetaria, entre otros factores.
En términos prácticos, el contango incentiva a almacenar petróleo en lugar de venderlo de inmediato. Quienes tienen acceso a infraestructura de almacenamiento —como buques tanque, cavidades subterráneas o terminales terrestres— pueden comprar crudo barato hoy, almacenarlo y venderlo más caro mañana. Si la diferencia de precio cubre el costo de almacenaje y deja un margen, el negocio es viable y rentable.
Cushing: el termómetro del crudo estadounidense
El centro logístico de Cushing, Oklahoma, es clave para entender este fenómeno. Conocido como el punto de entrega del contrato WTI (West Texas Intermediate), Cushing alberga tanques con capacidad superior a los 90 millones de barriles. Su nivel de llenado es un indicador sensible para los mercados de futuros.
Durante la crisis de la demanda en abril de 2020, provocada por el confinamiento global por COVID-19, el precio del WTI cayó por debajo de cero —llegando a -$37.63 por barril el 20 de abril— ante la saturación de la capacidad de almacenamiento en Cushing. Nadie quería tomar posesión física del petróleo sin un lugar donde ponerlo. Aquella jornada evidenció el vínculo directo entre contango, almacenamiento y presión sobre los precios.
Desde entonces, los inversionistas han monitoreado con más atención el nivel de inventarios en Cushing, que actúan como barómetro de tensión logística y financiera. Cuando los tanques están vacíos, hay margen para aprovechar el contango. Cuando están llenos, se encienden las alarmas del mercado.
Quienes ganan con el crudo inmóvil
En un escenario de contango pronunciado, los principales beneficiarios son:
1. Comerciantes de commodities (traders)
Empresas como Vitol, Trafigura, Glencore o Mercuria especializan parte de su negocio en explotar estas condiciones. Compran petróleo a precio spot, pagan por almacenarlo y venden contratos a futuro más caros. Su rentabilidad depende de la curva de futuros, del costo de almacenamiento y de su capacidad logística.
2. Empresas con capacidad de almacenamiento
Firmas como Kinder Morgan, Magellan Midstream Partners o Enbridge poseen infraestructura crítica. Cuando el contango se activa, sus servicios se vuelven esenciales, permitiéndoles aumentar tarifas o rentar capacidad con sobreprecio. También pueden participar directamente en la operación de compra-almacenamiento-venta.
3. Operadores financieros
Los fondos de cobertura y otros inversores institucionales diseñan estrategias “cash and carry” que aprovechan el diferencial entre los contratos spot y futuros. La clave está en cubrir el precio con contratos a futuro asegurando ganancias previsibles —siempre que no haya disrupciones inesperadas.
¿Y quién pierde?
El contango prolongado puede tener consecuencias negativas para algunos actores:
- Productores pequeños o independientes, que no cuentan con infraestructura ni acceso a financiamiento barato, pueden verse forzados a vender a precios bajos.
- Gobiernos dependientes de rentas petroleras, que necesitan ingresos inmediatos, no pueden beneficiarse del almacenamiento especulativo.
- Refinerías, que podrían enfrentar un encarecimiento del suministro si los comerciantes retienen barriles esperando mejores precios.
En contextos extremos, el contango puede desincentivar la producción o distorsionar decisiones operativas a nivel nacional.
Cuando el petróleo espera más que el mercado
La presencia del contango no es una anomalía, sino una característica normal en determinadas condiciones de mercado. Es más frecuente en ciclos de sobreoferta o en transiciones entre estaciones, como en primavera, cuando la demanda de calefacción cae antes de que aumente la demanda de transporte.
No obstante, su recurrencia y profundidad varían. En 2024 y lo que va de 2025, el mercado ha mostrado episodios puntuales de contango moderado, impulsado por incertidumbre geopolítica (Irán, Rusia) y por ajustes en la política de producción de la OPEP+. La curva del WTI en junio 2025 mostraba un diferencial de cerca de $1.50 dólares entre el mes inmediato y contratos a seis meses, lo cual no es suficiente para detonar un contango profundo, pero sí suficiente para estrategias selectivas.
La logística como ventaja competitiva
En un mercado donde la infraestructura y el acceso a capital son tan importantes como el petróleo mismo, el contango revela el poder estratégico de la logística. El crudo almacenado no es solo energía en espera; es un activo financiero con valor fluctuante.
Por eso, firmas con operaciones integradas —como Shell o BP— pueden usar el almacenamiento como herramienta de cobertura o de optimización comercial. En cambio, los países o empresas sin esa capacidad quedan fuera del juego o incluso se ven perjudicados por los efectos secundarios del fenómeno.
El equilibrio entre esperar y actuar
El contango y almacenamiento forman parte de las complejas dinámicas del mercado petrolero moderno. No se trata solo de esperar por mejores precios, sino de saber cuándo y cómo convertir la inmovilidad en una estrategia rentable.
Mientras el petróleo siga siendo una materia prima esencial, la capacidad de almacenarlo eficientemente será un diferenciador clave entre quienes lideran el mercado y quienes lo siguen. Más allá de los precios, el valor del crudo puede residir, paradójicamente, en su inmovilidad.
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