Cosméticos derivados del petróleo: ¿qué productos estás usando sin saberlo?

En el auge del consumo consciente, pocos saben que muchos cosméticos con petróleo forman parte de sus rutinas diarias. Este artículo revela cuáles y por qué importa.

Hace 4 horas
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¿Qué hay detrás del brillo? Una introducción al uso de petróleo en cosméticos

El auge del consumo responsable ha llevado a millones de personas a revisar etiquetas, buscar ingredientes naturales y optar por productos “libres de químicos”. Sin embargo, pocos consumidores sospechan que muchos de los cosméticos más populares —desde bálsamos labiales hasta cremas antiarrugas— contienen derivados del petróleo. Ingredientes como petrolato, parafina líquida, aceite mineral o propilenglicol son omnipresentes, aunque sus nombres técnicos no aludan a su origen fósil.

Lejos de ser una anomalía, el uso de derivados del petróleo en cosméticos es una práctica común y ampliamente aceptada por la industria. El problema es que esta información rara vez se comunica con claridad al consumidor final, lo que plantea interrogantes éticos, medioambientales y de salud.

¿Por qué se usan derivados del petróleo en cosmética? Un análisis con datos

El petróleo ha sido históricamente un insumo fundamental en la producción de cosméticos. De acuerdo con la Environmental Working Group (EWG), más del 30% de los productos cosméticos convencionales contienen uno o más ingredientes derivados de hidrocarburos. El atractivo de estos compuestos radica en su bajo costo, su capacidad para formar barreras oclusivas sobre la piel y su larga vida útil.

Por ejemplo, el petrolato (o vaselina) se utiliza por su eficacia para retener la humedad, mientras que el aceite mineral actúa como emoliente. Sin embargo, varios estudios —como los publicados en el Journal of Investigative Dermatology— han advertido que, si bien refinados adecuadamente pueden ser seguros, algunos procesos industriales no eliminan completamente contaminantes como hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs), potencialmente cancerígenos.

Además, aunque la FDA y la Unión Europea permiten su uso, esta aprobación no elimina la controversia en torno a su transparencia y sostenibilidad. En paralelo, el auge de productos con certificaciones naturales ha revelado una fuerte demanda por alternativas de origen vegetal.

Geopolítica del petróleo y su vínculo con la industria cosmética

El uso de derivados del petróleo en cosméticos también está atado a dinámicas geopolíticas. Las grandes compañías petroquímicas, muchas de ellas subsidiarias de conglomerados energéticos globales, han invertido históricamente en la industria cosmética como un canal de diversificación. Esta conexión hace que el consumo cotidiano de productos de belleza se mantenga, en muchos casos, indirectamente ligado a los ciclos del crudo.

En el contexto actual —marcado por tensiones energéticas globales, transición hacia energías limpias y debates sobre el fin del petróleo—, la persistencia de estos ingredientes en productos de consumo plantea dilemas éticos para marcas y consumidores. ¿Puede una marca decirse sustentable si sus fórmulas dependen de un recurso fósil?

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Del labial al shampoo: productos comunes con petróleo en su fórmula

Muchos productos cosméticos contienen ingredientes de origen fósil sin que el consumidor lo perciba. Algunos ejemplos comunes incluyen:

  • Bálsamos labiales: La vaselina, derivada del crudo, se usa extensamente por su textura y propiedades humectantes.
  • Bases líquidas y cremas BB: Suelen incluir parafina líquida, que actúa como emoliente.
  • Sombras de ojos y labiales: Pueden contener polietileno (plástico derivado del petróleo) como aglutinante.
  • Shampoos y acondicionadores: El propilenglicol y PEGs (polietilenglicoles) se usan como solventes o espesantes.
  • Lociones corporales: Muchas incluyen aceite mineral por su bajo costo y buena conservación.

El principal desafío es que estos compuestos aparecen en listas de ingredientes con nombres químicos que el público general no asocia con el petróleo, lo que limita la capacidad de decisión informada.

¿Qué riesgos y dilemas plantea esta práctica? Una reflexión crítica

Aunque muchos derivados del petróleo usados en cosméticos están autorizados por autoridades sanitarias, el debate no se limita a su toxicidad directa. Hay otros factores relevantes:

  • Transparencia: La opacidad en el etiquetado limita el poder de decisión del consumidor consciente.
  • Sostenibilidad: La producción y refinamiento de estos compuestos tiene una alta huella de carbono y perpetúa la dependencia de recursos fósiles.
  • Salud a largo plazo: Aunque no todos los derivados del petróleo son dañinos, la exposición crónica a residuos mal refinados puede representar un riesgo.
  • Greenwashing: Algunas marcas se promocionan como “naturales” o “sustentables” mientras mantienen derivados del petróleo en sus fórmulas.

Frente a esto, crece el interés por cosmética “clean” y “oil-free”, aunque muchas veces esto también puede ser explotado como estrategia de marketing sin sustento real.

La belleza bajo la lupa del petróleo

La relación entre cosméticos con petróleo y los hábitos de consumo actual es más estrecha de lo que muchos quisieran admitir. En un momento en que la sostenibilidad es un criterio clave de decisión, la industria cosmética debe ser más transparente respecto a sus ingredientes y procesos.

Para el consumidor consciente, conocer el origen de lo que se aplica en su piel no es solo una cuestión estética, sino una postura ética. Leer etiquetas, exigir transparencia y optar por marcas con ingredientes trazables es parte del cambio hacia una cosmética verdaderamente responsable.

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