El futuro de los hidrocarburos en México frente al cambio climático: imprescindible balance energético y climático

México se encuentra en una encrucijada histórica: mientras el mundo exige reducción de emisiones, el país sigue siendo un actor relevante en el mercado petrolero. ¿Cómo armonizar el papel de productor con su responsabilidad climática?

Hace 3 horas
COMPARTIR
Depositphotos
Depositphotos

Contexto global y urgencia del cambio climático

El cambio climático ha desplazado la conversación energética hacia la descarbonización. En 2023, los países del G20 acordaron acelerar metas de reducción de emisiones para 2030, y en 2024 la Agencia Internacional de la Energía (AIE) estimó que, para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, la demanda mundial de petróleo deberá caer un 25 % entre 2022 y 2030.

Este giro global impone un desafío para México: debe conjugar su rol como productor de petróleo y gas con la obligación de cumplir compromisos climáticos. Esa tensión define el campo de acción del futuro de los hidrocarburos en México.

México: retos y oportunidades en transición energética

Producción y dependencia económica

México es miembro de la OPEP+ desde 2023, lo que le confiere voz en los mercados globales. Sin embargo, en 2024 su producción petrolera promedio rondó 1.5 millones de barriles diarios, una cifra inferior a la registrada en la década de 1990. La recaudación fiscal derivada del sector aún representa entre 5 % y 8 % del presupuesto federal.

Al mismo tiempo, la demanda interna de gas natural crece debido a la sustitución del carbón y el petróleo en generación eléctrica. Ese fenómeno otorga un espacio estratégico para el gas como “combustible de transición”, aunque no exento de críticas desde el punto de vista ambiental.

Escenarios prospectivos

Escenario optimista (transformación ordenada):


– México adopta una hoja de ruta clara hacia 2050 con metas anuales de reducción de emisiones.
– Invierte en captura de carbono (CCS) y energías renovables, reconvirtiendo instalaciones de gas hacia hidrógeno bajo en carbono.
– Aprovecha incentivos internacionales (fondos climáticos, crédito verde) para financiar transición.
– Fortalece regulación ambiental, otorga certidumbre a inversores y diversifica su matriz energética.

En ese escenario, el país mantiene una producción moderada de hidrocarburos, pero su huella de carbono neta baja progresivamente.

Escenario pesimista (riesgo de estancamiento):


– Se prolonga la dependencia del petróleo sin inversión suficiente en mitigación.
– México incumple sus compromisos de NDC (Contribuciones Determinadas a nivel Nacional).
– Pierde financiamiento exterior, enfrenta sanciones o costos crecientes por emisiones.
– Queda rezagado frente a países que lideran la transición energética.

Ambos escenarios dependen de decisiones políticas urgentes y claridad normativa.

Decisiones inmediatas que México debe priorizar

1. Transparencia y calendario claro

Debe establecer metas escalonadas de reducción de emisiones para el sector hidrocarburos. Esa hoja de ruta debe ser pública, con indicadores y sanciones claras.

2. Incentivos favorables a tecnologías bajas en carbono

Implementar esquemas fiscales o subsidios para captura de carbono, electrificación de procesos petroleros, hidrógeno verde y biocombustibles. Aplicar mecanismos de mercado como emisiones negociables.

3. Reconversión industrial

Transformar campos petroleros maduros hacia usos alternativos —por ejemplo, inyección de CO₂ o producción de gas sintético— o abandono progresivo responsable.

4. Integración regional y cooperación internacional

Coordinar políticas con Estados Unidos y Canadá, aprovechar créditos climáticos del Fondo Verde, y alinearse con estándares globales de reporte ESG (ambientales, sociales, de gobernanza).

5. Fortalecimiento institucional

Reforzar organismos reguladores como la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) con autonomía, recursos y supervisión técnica.

Hacia un nuevo pacto entre petróleo y clima

El país no puede elegir entre petróleo o clima; debe diseñar un pacto donde ambos convivan hasta 2050. En ese sentido, el futuro de los hidrocarburos en México será sostenible si actúa con previsión.

La fase decisiva es ahora: definir el papel residual del gas, invertir en mitigación tecnológica y asegurar financiamiento verde. Solo así México podrá sostener su legado como productor energético sin traicionar sus compromisos ante el planeta.

Te invito a leer:

El impacto del desarrollo sostenible en la economía global: retos y oportunidades

Shorts

shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube
shorts youtube