¿Cuáles son las energías limpias y por qué son clave para el futuro energético?

Las energías limpias se han vuelto protagonistas en la agenda climática global. Este artículo explica qué son, cómo funcionan y por qué son esenciales en 2025.

Hace 3 horas
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El impulso hacia una economía baja en carbono hace que hoy sea imprescindible conocer las energías limpias. En un contexto global marcado por el cambio climático, la seguridad energética y la innovación tecnológica, estas fuentes se han consolidado como pilares estratégicos de la transición energética. Pero, ¿qué entendemos realmente por energías limpias y cuáles son sus principales variantes?

Energías limpias: definición y panorama actual

Las energías limpias son aquellas que generan electricidad o calor sin emitir contaminantes significativos, especialmente gases de efecto invernadero. A diferencia de los combustibles fósiles, su impacto ambiental es mínimo o nulo, lo que las convierte en un recurso vital para mitigar el calentamiento global.

Según el informe Renewables 2024 Global Status Report de REN21, más del 30% de la electricidad global ya proviene de fuentes renovables, y esta proporción continúa creciendo año tras año. La Agencia Internacional de Energía (IEA) proyecta que, para 2030, las energías limpias representarán más del 50% de la capacidad instalada global.

Tipos principales de energías limpias

1. Energía solar:
Aprovecha la radiación solar para generar electricidad (fotovoltaica) o calor (térmica). Su despliegue ha sido exponencial gracias a la caída de costos: el precio de los paneles solares ha disminuido un 82% desde 2010, según BloombergNEF.

2. Energía eólica:
Utiliza el viento para producir energía mecánica convertida en electricidad. Es una de las tecnologías más maduras y eficientes, con una expansión destacada en Europa, China y América Latina.

3. Energía hidráulica:
Generada por el movimiento del agua en ríos o presas. Aunque es la más utilizada entre las renovables, enfrenta críticas por su impacto ecológico y social en grandes embalses.

4. Energía geotérmica:
Extrae calor del subsuelo terrestre para producir energía térmica o eléctrica. Países como Islandia o México destacan en su uso debido a su geografía volcánica.

5. Energía marina:
Aprovecha el movimiento de olas, mareas o corrientes oceánicas. Aunque aún en fase experimental, se perfila como una alternativa prometedora para regiones costeras.

6. Bioenergía sostenible:
Proviene de la biomasa (residuos agrícolas, forestales o urbanos) y, si se gestiona correctamente, puede ser una fuente limpia y circular.

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Implicaciones sociales, económicas y tecnológicas

El auge de las energías limpias no solo responde a criterios ambientales. También implica profundas transformaciones sociales, económicas y tecnológicas.

Desde lo social, su adopción favorece el acceso a energía asequible y confiable, especialmente en zonas rurales o aisladas. De acuerdo con el Banco Mundial, más de 733 millones de personas aún carecen de electricidad, y las soluciones descentralizadas con renovables pueden ser clave para cerrar esta brecha.

En lo económico, se estima que el sector de energías limpias generará más de 14 millones de empleos nuevos hacia 2030, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esto representa una oportunidad para reconfigurar cadenas productivas y estimular economías locales.

Desde el punto de vista tecnológico, la digitalización, el almacenamiento energético con baterías y las redes inteligentes (smart grids) están acelerando la integración eficiente de estas fuentes en los sistemas eléctricos tradicionales.

Proyectos estratégicos, desafíos y perspectivas a futuro

En 2025, varios países lideran la implementación de energías limpias. China es el mayor inversor global, con proyectos solares y eólicos a gran escala. En América Latina, Brasil destaca por su capacidad hidráulica y solar, mientras Chile apuesta por el hidrógeno verde como vector energético emergente.

No obstante, persisten desafíos. La intermitencia de fuentes como el sol o el viento requiere sistemas de almacenamiento robustos. Además, la infraestructura de red debe adaptarse a una generación más distribuida. Otro reto crítico es el acceso equitativo a financiamiento, especialmente en países en desarrollo.

Las soluciones incluyen la promoción de marcos regulatorios claros, inversiones en investigación y desarrollo, y esquemas de colaboración público-privada. La diversificación tecnológica y la planificación energética con visión de largo plazo también son claves.

Un futuro alimentado por energías limpias

Con el horizonte de limitar el calentamiento global a 1.5 °C, las energías limpias no son una opción: son una necesidad. Gobiernos, empresas y ciudadanos tienen un papel que desempeñar en este cambio de paradigma.

Adoptar tecnologías limpias no solo protege el medio ambiente. También fortalece la soberanía energética, dinamiza economías locales y mejora la calidad de vida. En este escenario, es imprescindible conocer las energías limpias para tomar decisiones informadas, sostenibles y estratégicas en todos los niveles.

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