Google confirmó su apoyo a un proyecto de almacenamiento energético de nueva generación que emplea dióxido de carbono y estructuras inflables de gran tamaño para guardar electricidad y liberarla cuando el sistema eléctrico lo necesita. La iniciativa es desarrollada por la firma Energy Dome y busca ofrecer una alternativa a las baterías convencionales para gestionar la variabilidad de las energías renovables.
La tecnología está diseñada para aprovechar los excedentes de electricidad provenientes de fuentes como la solar y la eólica, almacenarlos durante varias horas y reinyectarlos a la red de forma estable. El funcionamiento se basa en un ciclo termodinámico cerrado, que utiliza las propiedades del CO₂ sin generar emisiones al ambiente.
Funcionamiento del sistema
El proceso se apoya en distintos componentes y etapas:
- Cúpulas inflables de almacenamiento: El dióxido de carbono se mantiene en estado gaseoso dentro de grandes domos a presión atmosférica.
- Fase de carga: Cuando hay exceso de energía disponible, el gas se comprime y se licúa; el calor generado durante este proceso se conserva en sistemas de almacenamiento térmico.
- Fase de descarga: Para producir electricidad, el CO₂ líquido se vuelve a calentar, se expande y acciona una turbina que genera energía.
- Rendimiento: La eficiencia total del sistema supera el 75 por ciento, con capacidad para almacenar energía durante periodos que van de 4 a 24 horas.
Ventajas frente a otras tecnologías
El modelo de Energy Dome pretende resolver la intermitencia de la generación renovable sin recurrir a baterías de litio. Al tratarse de un circuito cerrado, el CO₂ no se libera a la atmósfera, lo que reduce el impacto ambiental. Además, la infraestructura tiene una vida útil estimada de hasta tres décadas, lo que la coloca por encima de muchos sistemas electroquímicos que pierden capacidad con el tiempo.
Compromiso climático
El respaldo de Google se inscribe en su estrategia de alcanzar una operación continua con energía libre de carbono antes de que concluya la década. Con esta inversión, la compañía refuerza su interés en tecnologías de almacenamiento a gran escala que faciliten una mayor integración de energías limpias y aporten estabilidad a las redes eléctricas.
