En un avance sin precedentes, la energía solar en Europa se convirtió en la principal fuente de generación eléctrica de la Unión Europea durante junio de 2025. Esta transformación energética —que por primera vez supera a la nuclear y a la eólica— señala un cambio estructural en la matriz energética del continente y redefine el liderazgo tecnológico hacia un modelo más limpio, eficiente y resiliente.
Un récord histórico: la solar domina el mix eléctrico
Según el más reciente informe de Ember, la energía solar generó el 22,1 % del total eléctrico de la UE en junio de 2025, alcanzando los 45,4 TWh. Este desempeño representa un crecimiento interanual del 22 % respecto al mismo mes de 2024. La energía nuclear quedó en segundo lugar con 44,7 TWh (21,8 %) y la eólica, con 32,4 TWh (15,8 %), en tercera posición.
El hito cobra mayor relevancia considerando que, durante décadas, la energía nuclear había mantenido el liderazgo en el suministro eléctrico de la región, seguida por fuentes fósiles.
La aceleración de las instalaciones fotovoltaicas, sumada a un clima excepcionalmente cálido y soleado, permitió que al menos 13 países miembros registraran máximos mensuales en generación solar. Entre ellos, Alemania, España, Países Bajos y Grecia sobresalieron por sus contribuciones récord.
Impulso renovable: también crece la eólica, cae el carbón
Aunque la energía solar encabezó la generación, la eólica también mostró un comportamiento notable. En mayo de 2025 alcanzó el 16,6 % del mix (33,7 TWh) y en junio el 15,8 % (32,4 TWh), gracias a condiciones de viento favorables y la operación de nuevos parques eólicos terrestres y marinos financiados en el último año.
A diferencia, la participación del carbón cayó a mínimos históricos. Para junio representó solo el 6,1 % de la electricidad de la UE (12,6 TWh), frente al 8,8 % del mismo mes en 2024. Alemania y Polonia, que históricamente lideran la generación a carbón en la región, registraron también sus niveles más bajos: 12,4 % y 42,9 %, respectivamente.
Otras naciones como Chequia (17,9 %), Bulgaria (16,7 %), Dinamarca (3,3 %) y España (0,6 %) también redujeron su dependencia del carbón, confirmando una tendencia firme hacia su eliminación gradual en línea con los objetivos climáticos del Pacto Verde Europeo.
Obstáculos persistentes: gas y sequía desafían la transición
A pesar de los avances renovables, el balance semestral muestra una paradoja. En el primer semestre de 2025, la generación con combustibles fósiles aumentó un 13 % respecto al mismo periodo del año anterior, añadiendo 45,7 TWh al mix europeo. El principal factor: un alza del 19 % en la producción con gas natural, que compensó la caída en la generación hidroeléctrica y eólica registrada en los primeros meses del año, afectados por sequías severas y baja intensidad del viento.
La generación hidroeléctrica acumuló solo el 12,5 % del total (164 TWh) entre enero y junio, una baja del 15 % frente a 2024. La sequía prolongada en el sur y centro de Europa impactó directamente la capacidad de producción hídrica, revelando una vulnerabilidad estructural en el sistema energético ante eventos climáticos extremos.
Por otro lado, la demanda eléctrica aumentó un 2,2 % en el mismo periodo, alcanzando los 1313 TWh. Las olas de calor registradas desde finales de junio elevaron significativamente el consumo en varios países, presionando el sistema y subrayando la importancia de contar con fuentes estables, limpias y disponibles.
Próximos pasos: consolidar el liderazgo solar con resiliencia
El liderazgo alcanzado por la energía solar en Europa no solo es un triunfo tecnológico, sino también una llamada a la acción para acelerar la integración de almacenamiento energético, reforzar las redes eléctricas y estabilizar el suministro frente a las variaciones meteorológicas.
A corto plazo, la UE deberá atender el crecimiento del gas y sus implicaciones para las metas de neutralidad climática. Asimismo, el desarrollo de soluciones de flexibilidad —como baterías, gestión de la demanda e interconexiones transfronterizas— será crucial para sostener la expansión renovable sin depender de fuentes fósiles en momentos críticos.
También es vital mejorar la planificación hidrológica y diversificar las fuentes limpias ante fenómenos como la sequía, cada vez más frecuentes bajo el contexto del cambio climático.
Europa redefine su matriz energética
El hecho de que la energía solar en Europa se haya convertido en la primera fuente eléctrica marca un punto de inflexión irreversible. Este avance debe sostenerse con políticas robustas, inversiones a largo plazo y colaboración entre estados miembros, industria y ciudadanía.
La transición energética no es solo una cuestión de tecnologías limpias, sino de construir un modelo resiliente, inclusivo y justo. Y el liderazgo solar europeo demuestra que, con decisión política y visión estratégica, es posible transformar el sistema eléctrico en favor del planeta y las futuras generaciones.
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