Un continente en transición: figuras clave en la energía latinoamericana
En medio de una década marcada por la urgencia climática, la transición energética y tensiones geopolíticas globales, los líderes del sector energético en América Latina están definiendo nuevas rutas para el desarrollo. Sus decisiones influencian mercados, regulaciones y modelos de negocio en una región donde conviven el petróleo, el gas, las renovables y los desafíos estructurales. Desde autoridades gubernamentales hasta CEOs de energéticas, pasando por expertos en política climática y transición, 2026 será un año decisivo.
Figuras que mueven el tablero energético regional
El tablero energético latinoamericano está compuesto por actores diversos pero influyentes. En Brasil, el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, ha sido clave para sostener el equilibrio entre explotación petrolera y políticas de descarbonización. Petrobras, bajo la dirección de Jean Paul Prates, ha anunciado una inversión de $102.000 millones de dólares hasta 2028, combinando extracción offshore y desarrollo de energía eólica marina.
En México, la figura de Miguel Santiago Reyes Hernández, director de CFE Energía, es central en la estrategia gubernamental que prioriza la soberanía energética sobre las inversiones privadas, mientras que empresas como IEnova (ahora Sempra Infraestructura) siguen siendo vitales en infraestructura gasífera y de exportación.
Desde Chile, el ministro de Energía Diego Pardow ha impulsado una ambiciosa política de hidrógeno verde, apuntando a que el país se convierta en líder exportador global. La empresa estatal ENAP y compañías como HIF Global ya operan pilotos comerciales de combustibles sintéticos.
En Colombia, Irene Vélez y ahora Omar Andrés Camacho han representado dos etapas del viraje energético: de la polémica reducción de contratos petroleros a una mayor articulación con renovables en la región Caribe. Ecopetrol, bajo la presidencia de Ricardo Roa, juega una pieza estratégica con su plan de diversificación.
Influencia política, mercado e integración energética
Los líderes energéticos no sólo administran empresas o despachos ministeriales: dan forma a una agenda regional cada vez más interconectada. La apuesta por la integración energética latinoamericana, impulsada por organismos como OLADE, va ganando relevancia. Proyectos como la interconexión eléctrica entre Perú, Chile y Bolivia, o el fortalecimiento del Mercado Eléctrico Regional (MER) en Centroamérica, dependen de decisiones de alto nivel.
En este contexto, figuras como Fernando López Larreynaga en El Salvador o Antonio Almonte en República Dominicana están abriendo espacio a renovables con liderazgo técnico y visión regulatoria.
A nivel de mercado, el empuje de empresas como YPF Luz en Argentina, AES Andes en Chile o Engie en México transforma la capacidad instalada. Las inversiones en parques solares, baterías de almacenamiento e hidrógeno verde ya no son promesas a futuro: están en operación o en expansión.
Proyectos transformadores y retos en 2026
El ciclo 2025–2026 será crucial por los proyectos que están en juego:
- Brasil planea licitar nuevos bloques petroleros en el presal y ampliar eólica offshore en el noreste.
- Chile busca exportar su primer cargamento de hidrógeno verde certificado.
- México debe resolver el futuro de sus refinerías y fortalecer sus redes eléctricas para soportar más renovables.
- Argentina enfrenta la presión por escalar Vaca Muerta mientras impulsa renovables en la región de la Patagonia.
Los desafíos incluyen baja inversión pública en ciertos países, volatilidad fiscal, oposición social a megaproyectos, y urgencia climática. En ese contexto, los líderes del sector energético en América Latina deben equilibrar crecimiento económico con sostenibilidad.
Perspectiva 2026: el liderazgo energético que necesita América Latina
América Latina no necesita solo ministros y CEOs. Requiere líderes visionarios con capacidad de gestión técnica, sensibilidad social y compromiso ambiental, capaces de construir alianzas y sostener políticas a largo plazo, más allá de los ciclos electorales.
Los desafíos son enormes, pero también lo son las oportunidades: recursos naturales abundantes, innovación en crecimiento y una ciudadanía cada vez más consciente. De quienes estén al frente dependerá si la región se convierte en referente global de transición energética justa y eficiente, o si seguirá atrapada entre los extremos de extractivismo y estancamiento.
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