Los principales nodos logísticos energéticos en México en 2025: infraestructura clave para la seguridad nacional
La estructura operativa del sector energético depende en gran medida de los nodos logísticos energéticos en México, espacios geográficos donde convergen el transporte, almacenamiento, transformación y distribución de hidrocarburos y electricidad. Para 2025, seis puntos destacan por su relevancia estratégica: Tuxpan, Dos Bocas, Salina Cruz, Manzanillo, Rosarito y Cadereyta. Su consolidación es esencial para alcanzar la autosuficiencia energética y garantizar el funcionamiento continuo de la economía nacional.
Tuxpan, Veracruz: puerta de entrada de combustibles al país
Ubicado en el Golfo de México, el puerto de Tuxpan se mantiene como el principal nodo de importación de combustibles líquidos del país. De acuerdo con datos de la Secretaría de Energía (SENER), más del 35% de la gasolina y el diésel que México importa ingresan por esta vía. Su cercanía con el centro del país, donde se concentra el mayor consumo energético, lo convierte en un punto logístico privilegiado.
Además de su infraestructura portuaria, Tuxpan se conecta con una red estratégica de ductos operados por Pemex Logística y terminales privadas que lo convierten en un eje articulador del sistema de transporte energético nacional. En los últimos años, compañías como Monterra Energy y CGL Terminals han invertido en terminales de almacenamiento en la región, lo que refuerza su papel logístico.
Dos Bocas, Tabasco: nodo emergente del sureste industrial
La Refinería Olmeca, en el puerto de Dos Bocas, comenzó operaciones limitadas en 2024 y se espera que opere a plena capacidad durante el segundo semestre de 2025. Este complejo industrial se ha diseñado no solo como un centro de refinación, sino como un nodo logístico integral que conecta el Golfo con el sureste y la Península de Yucatán.
El Plan Nacional de Refinación, coordinado por Pemex y la SENER, prevé que Dos Bocas despache diariamente hasta 170 mil barriles de gasolina y 120 mil de diésel una vez que alcance su capacidad máxima. Su conexión futura con terminales terrestres y marítimas incrementará su capacidad como eje de distribución regional.
Salina Cruz, Oaxaca: conexión interoceánica en proceso de transformación
Salina Cruz se ha posicionado históricamente como el punto de salida del crudo mexicano hacia los mercados del Pacífico. Sin embargo, en 2025 su papel evoluciona gracias al desarrollo del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Este proyecto busca reconvertir a Salina Cruz en un nodo logístico intermodal que integre ductos, ferrocarriles, puertos y zonas industriales.
La refinería de Salina Cruz, en proceso de modernización, se verá complementada con un sistema ferroviario que une al Pacífico con el Golfo (Coatzacoalcos), facilitando el transporte de productos energéticos, petroquímicos y mercancías en general. Este rediseño puede cambiar el equilibrio logístico del país en la próxima década.
Manzanillo, Colima: respaldo energético del occidente
El puerto de Manzanillo, uno de los más activos de la región del Pacífico, desempeña un rol logístico fundamental para el occidente de México. No solo recibe gasolina y diésel por vía marítima, sino también gas natural licuado (GNL), elemento clave para abastecer a las centrales de ciclo combinado de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Empresas como Shell y Gas Natural Fenosa operan terminales de regasificación en la zona, lo que permite una alta flexibilidad operativa para el suministro energético. Asimismo, Manzanillo actúa como nodo de respaldo logístico en situaciones de emergencia energética en estados como Jalisco, Michoacán y Guanajuato.
Rosarito, Baja California: nodo transfronterizo y energético
Rosarito aloja una central termoeléctrica de ciclo combinado que depende del gas natural importado desde Estados Unidos. Esta infraestructura energética abastece a buena parte del noroeste del país, una región históricamente desconectada del resto del sistema eléctrico nacional.
Debido a esta dependencia, el nodo logístico de Rosarito representa tanto una fortaleza como una vulnerabilidad. Aunque su conexión transfronteriza le otorga acceso inmediato a gas barato, también lo expone a decisiones regulatorias o comerciales del mercado estadounidense. En los últimos años, se han planteado proyectos para ampliar su autonomía energética mediante almacenamiento de GNL y fuentes renovables.
Cadereyta, Nuevo León: nodo industrial del norte
La Refinería de Cadereyta, operada por Pemex, es uno de los principales nodos logísticos del norte del país. Su capacidad de procesamiento supera los 100 mil barriles diarios y abastece a regiones altamente industrializadas como Monterrey, Saltillo y Reynosa.
Además de su red de ductos, Cadereyta cuenta con infraestructura ferroviaria que le permite interconectarse con terminales de distribución en el noreste. A pesar de su importancia, enfrenta desafíos medioambientales y demandas sociales por emisiones contaminantes, lo que hace urgente su modernización tecnológica.
Visión estratégica de la red logística energética
La configuración de estos seis nodos logísticos energéticos en México define no solo el presente, sino el futuro del sistema energético nacional. Su ubicación, interconectividad y capacidad de adaptación tecnológica serán determinantes para enfrentar contingencias, responder al crecimiento de la demanda y encarar el proceso de transición energética.
Infraestructura que define el rumbo energético de México
Invertir en nodos logísticos energéticos no es un lujo, sino una necesidad estratégica. Cada uno de estos puntos —Tuxpan, Dos Bocas, Salina Cruz, Manzanillo, Rosarito y Cadereyta— representa una pieza crítica del rompecabezas energético nacional. México debe priorizar su modernización, resiliencia operativa y coordinación institucional para consolidarse como una potencia energética integrada, confiable y sostenible.
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