Plan contra futuros apagones en México

La seguridad energética de México volvió al centro del debate nacional tras los apagones registrados en mayo de 2025, que afectaron al menos a 15 estados, según reportes del Centro Nacional de Control de Energía (CENACE). Aunque la Secretaría de Energía (Sener) del Gobierno de México aseguró que no habrá más cortes en lo que resta del año, algunos expertos advierten que persisten problemas estructurales en generación, transmisión y distribución de energía.

Los eventos de emergencia eléctrica dejaron en evidencia la presión que enfrenta el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), ante una demanda creciente y una red que no se ha modernizado al mismo ritmo. Como respuesta, el Gobierno de México anunció un plan integral de modernización energética, que incluye inversiones, innovación tecnológica y fortalecimiento institucional.

El eje principal de esta estrategia es la incorporación de 22,674 megawatts (MW) adicionales a la capacidad instalada, provenientes tanto de generación renovable como convencional. Esta cifra busca reforzar la disponibilidad ante picos de demanda, como los provocados por las olas de calor y el crecimiento industrial frente a los nuevo desafíos nacionales e internacionales.

Sin embargo, la gran apuesta está en la tecnología de almacenamiento de energía (Battery Energy Storage System, BESS) y la implementación de redes inteligentes. Estas soluciones permiten estabilizar el suministro, gestionar mejor la intermitencia de las energías renovables y anticipar fallos. También se incluye la generación distribuida —como paneles solares en techos industriales—, la instalación masiva de medidores digitales y un ambicioso programa para reducir pérdidas técnicas y no técnicas en la red.

La adopción de estas tecnologías posiciona a México dentro de una tendencia global: la migración hacia sistemas energéticos más flexibles, descentralizados y resilientes, donde la información en tiempo real y la respuesta rápida son fundamentales para evitar colapsos.

Si bien estas medidas representan un paso en la dirección correcta, analistas señalan que su éxito dependerá de la coordinación efectiva entre instituciones clave, como CFE y Sener, así como de la atracción de inversión privada en sectores estratégicos como almacenamiento y digitalización de redes.

En un contexto de expansión industrial, electrificación del transporte y transición energética, garantizar la confiabilidad del sistema eléctrico nacional no sólo es una prioridad técnica, sino una condición esencial para la competitividad del país.