Unilever, uno de los gigantes globales del consumo masivo, abrió un nuevo capítulo del nearshoring en México al anunciar una inversión de 1,500 millones de dólares entre 2025 y 2028. El paquete, parte del llamado Plan México para atraer manufactura estratégica, incluye la construcción de una planta de 800 millones de dólares en Salinas Victoria, Nuevo León, destinada a producir desodorantes, shampoos, acondicionadores y cremas de marcas como Dove y Sedal para los mercados de Estados Unidos y Canadá.
La nueva instalación estará ubicada en el Parque Industrial Salinas, dentro de los desarrollos Nexxus y Nexxus 2 será una fábrica de última generación que ampliará significativamente la capacidad exportadora del país. Además de esta megaplanta, Unilever modernizará y ampliará líneas de producción en sus plantas existentes, buscando reforzar a México como plataforma manufacturera para América del Norte.
Según datos oficiales, la inversión total generará alrededor de 1,200 empleos directos, muchos de ellos ligados a procesos de manufactura avanzada, automatización, logística y control de calidad. En Nuevo León, autoridades y directivos destacan que la obra será un motor de innovación y exportación, consolidando al estado como uno de los polos más dinámicos de inversión global.
La apuesta confirma tendencias mayores del nearshoring: las multinacionales del consumo están reacomodando su producción cerca de los mercados principales para reducir tiempos de entrega, ganar resiliencia en sus cadenas de suministro y controlar mejor sus costos logísticos. Nuevo León, por su parte, continúa fortaleciendo su atractivo, ahora no solo en sectores como automotriz o electrodomésticos, sino también en bienes de cuidado personal de alto volumen.
La ubicación es clave dentro del sector industrial, pues el municipio se ha convertido en un epicentro de fábricas, centros de distribución y complejos logísticos gracias a su cercanía con Monterrey, sus conexiones carreteras y la disponibilidad de tierra industrial. La llegada de Unilever, con una instalación de tal escala y sofisticación, eleva aún más el perfil del corredor.
El anuncio también abre oportunidades para la cadena dentro del suministro local: desde empaques y envases plásticos, hasta ingredientes químicos, transporte, almacenamiento y soluciones de automatización. Aquellas empresas capaces de cumplir los estándares de calidad, desempeño y sostenibilidad de Unilever podrán aspirar a contratos de largo plazo impulsados por un flujo de producción estable y orientado a exportación.
De acuerdo con las metas globales de la empresa, Unilever adelantó que la inversión responde también a objetivos de sostenibilidad. Aunque no se revelaron especificaciones, se espera que la planta incorpore tecnologías de eficiencia energética, manejo avanzado de agua y prácticas de economía circular en empaques y residuos, características propias de la llamada fábrica del futuro.
No obstante, el movimiento vuelve a poner bajo la lupa desafíos recurrentes para Nuevo León: presión sobre el suministro de agua, necesidad de ampliar y modernizar redes eléctricas, y retos en movilidad y vivienda en zonas de fuerte expansión industrial. Expertos subrayan que el éxito económico debe ir acompañado de una estrategia integral de desarrollo urbano para evitar tensiones.
Aun con estos retos, la apuesta es clave en un momento de competencia global por atraer capital productivo, México suma una inversión de gran calado en un sector de consumo masivo y alta visibilidad. Que productos icónicos como Dove o Sedal destinados a Norteamérica se fabriquen en Salinas Victoria envía una señal poderosa de confianza en la plataforma industrial mexicana y refuerza la narrativa del país como un socio confiable en las cadenas globales de suministro.
