México redefine su política energética: reformas estructurales y el papel del sector privado en la transición

En mayo de 2025, México avanza en una transformación energética significativa. Las reformas estructurales fortalecen el papel del Estado en el sector, mientras se redefine la participación del sector privado en la generación de energías limpias. Este análisis examina los cambios legislativos y su impacto en la transición energética del país.

Hace 8 horas
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Consolidación del control estatal en el sector energético 

En mayo de 2025, el gobierno mexicano, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha consolidado una serie de reformas energéticas que refuerzan el papel del Estado en la generación y distribución de energía. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (PEMEX) han sido transformadas en empresas públicas, con la CFE encargada de generar al menos el 54% de la electricidad nacional. Esta medida busca garantizar la soberanía energética y la seguridad del suministro eléctrico en el país.  

Además, se ha establecido la Comisión Nacional de Energía (CNE) como el nuevo ente regulador, absorbiendo las funciones de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). La CNE opera bajo la coordinación de la Secretaría de Energía (SENER), centralizando la planificación y supervisión del sector energético.  

Redefinición de la participación privada en la transición energética 

Aunque las reformas priorizan el control estatal, también se reconoce la importancia del sector privado en la transición hacia energías limpias. Se han establecido esquemas de participación privada bajo reglas claras y transparentes, permitiendo hasta un 46% de participación en la generación de energía. Estos esquemas incluyen proyectos de generación distribuida y autoconsumo, así como asociaciones público-privadas donde la CFE mantiene la mayoría accionaria.  

Empresas como Iberdrola México han firmado convenios con instituciones académicas para impulsar investigaciones conjuntas en energías renovables y sostenibilidad, demostrando el compromiso del sector privado con la transición energética del país.  

Compromisos climáticos y desafíos en la implementación 

México ha actualizado su Estrategia Nacional de Cambio Climático, comprometiéndose a reducir 140 millones de toneladas de emisiones de CO₂ para 2030, lo que representa una disminución del 35% respecto a los niveles actuales. La estrategia incluye proyectos de energías renovables, reforestación y descarbonización del sistema eléctrico.  

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Sin embargo, expertos expresan escepticismo ante la falta de implementación concreta y la persistencia de proyectos energéticos fósiles que contradicen los objetivos de la estrategia. La continuidad de plantas termoeléctricas y la influencia de PEMEX en la política energética generan dudas sobre la coherencia entre el discurso y las acciones del gobierno.  

Perspectivas futuras y necesidad de coherencia en la política energética 

La transformación del sector energético mexicano presenta una oportunidad para avanzar hacia una matriz energética más limpia y sostenible. Sin embargo, el éxito de las reformas dependerá de la capacidad del gobierno para implementar políticas coherentes que alineen la expansión de energías renovables con la reducción de la dependencia de combustibles fósiles. 

La colaboración efectiva entre el Estado y el sector privado será crucial para alcanzar los objetivos climáticos y garantizar una transición energética justa y equitativa. La transparencia en la regulación, la simplificación de permisos y la inversión en infraestructura serán elementos clave para fomentar la confianza de los inversionistas y acelerar el desarrollo de proyectos de energías limpias en México. 

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