Actualmente, México cuenta con 13,884 estaciones de servicio, pero enfrenta un déficit de al menos 3 mil gasolineras para garantizar el acceso eficiente a combustibles en todo el territorio nacional, advirtió Roberto Díaz de León, expresidente de Onexpo Nacional, la organización que agrupa a empresarios del sector gasolinero.
El especialista señaló que el crecimiento demográfico, la urbanización acelerada y la expansión de la infraestructura carretera hacen indispensable una mayor cobertura en distribución de petrolíferos, especialmente en regiones desatendidas o con poca densidad de estaciones.
“Para que puedas desarrollar esas 3 mil estaciones de servicio también se deben desarrollar, de forma paralela, inversiones en transporte y distribución de petrolíferos, así como una emisión más ágil en el otorgamiento de permisos. Según mis cálculos, debe haber más de 2 mil solicitudes de permiso en proceso”, afirmó Díaz de León.
Este rezago, explica el experto, debe evaluarse bajo un enfoque regionalizado, aprovechando herramientas de planeación como el Plan México, presentado por el gobierno federal como una guía para fortalecer la infraestructura energética nacional.
“Por ejemplo, en San Luis Potosí tenemos 59 municipios, y en 12 de ellos se necesitan estaciones de servicio porque actualmente no hay ninguna. Se estima que, en promedio, en México se requiere una gasolinera por cada 10 mil habitantes”, detalló el expresidente de Onexpo.
La carencia no solo limita el desarrollo económico local, también afecta la logística del transporte, el abastecimiento rural y, en algunos casos, encarece el precio final del combustible, ya que obliga a los usuarios a recorrer mayores distancias para acceder a este servicio básico.
De acuerdo con un estudio de PETROIntelligence, la Ciudad de México es la entidad con mayor densidad de estaciones de servicio, al contar con un permiso por cada 4 kilómetros cuadrados. Le siguen el Estado de México, con uno por cada 17 km², y Morelos, con uno por cada 26 km².
Sin embargo, en zonas como Oaxaca, Chiapas, Guerrero y zonas serranas de la Huasteca o el norte de Sonora, la cobertura sigue siendo limitada, con extensas áreas sin estaciones en operación. Este desequilibrio evidencia la necesidad de impulsar políticas públicas que incentiven la instalación de nuevas estaciones en municipios con baja cobertura, pero alto potencial de demanda.
Desde la apertura del mercado en 2016, México pasó de tener solo estaciones de Pemex a una diversidad de marcas como BP, Repsol, G500, TotalEnergies, Mobil, entre otras. Hoy, más del 40% de las estaciones ya operan bajo nuevas marcas, sin embargo, la mayoría sigue dependiendo de la infraestructura de transporte y almacenamiento de Pemex Logística.
La construcción de una nueva estación puede tardar entre 12 y 24 meses, considerando la tramitología, estudios ambientales, infraestructura eléctrica y conexión con el sistema de distribución. Por ello, la simplificación de permisos por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) es vista por los empresarios del sector como una prioridad estratégica para cerrar la brecha de acceso.
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