La agencia Fitch Ratings elevó la calificación nacional de largo plazo de Petróleos Mexicanos a “AA(mex)” con perspectiva estable, un nivel alto dentro de la escala local, gracias al fortalecimiento del vínculo financiero y jurídico entre la empresa productiva del Estado y el gobierno federal.
De acuerdo con la agencia calificadora, esta mejora está respaldada por cambios legislativos que permiten a Pemex compartir un “techo de deuda” con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), lo que implica una mayor integración de la petrolera al balance público. La decisión es consistente con la calificación internacional de riesgo emisor en moneda local y extranjera, que Fitch mantiene en “BB+” con perspectiva estable desde octubre, apenas un escalón por debajo de la nota soberana de México.
Fitch también destacó la reciente recompra de bonos por 9,900 millones de dólares, financiada con recursos de Hacienda, como una señal clara del incremento en la dirección, apoyo y control del gobierno sobre la política financiera de Pemex. Este respaldo explícito fue clave para la mejora en la evaluación del riesgo crediticio a nivel nacional.
No obstante, la agencia advirtió que el perfil crediticio individual de Pemex se mantiene en la categoría “ccc”, reflejo de una estructura financiera frágil. Entre los principales factores de presión señaló un flujo de fondos operativo negativo, afectaciones al EBITDA por menores precios y niveles de producción de crudo, una liquidez limitada y pérdidas recurrentes en el negocio de refinación.
Al 30 de septiembre del año en curso, la deuda financiera total de Pemex ascendía a 100,300 millones de dólares. En los primeros nueve meses del año, los gastos por intereses sumaron 5,700 millones de dólares, cifra que representó más de la mitad del EBITDA generado en ese periodo. Fitch Ratings estima que, incluso después de la recompra de bonos, el apalancamiento de la empresa se mantendrá por encima de 15 veces durante el horizonte de calificación, lo que confirma su dependencia estructural del apoyo gubernamental.
La calificadora advirtió que la nota podría verse presionada a la baja en caso de una reducción en la calificación soberana de México, una menor capacidad o disposición del gobierno para respaldar a Pemex, o un deterioro en la gestión de pasivos con proveedores y acreedores financieros. En contraste, una mejora en la calificación soberana o la implementación de una garantía gubernamental irrevocable que cubra de manera sostenible más del 75% de la deuda de la petrolera podría impulsar una acción positiva sobre su calificación.
