¿Por qué el ataque de Israel a Irán sacude mercados energéticos? 

Al sur de Irán se ubica el Estrecho de Ormuz en el que circulan el 20% del petróleo y gas natural licuado, las preocupaciones se enfocan en una posible interrupción de su tráfico

Hace 4 horas
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Depositphotos_Irán e Israel
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La nueva fase de tensión geopolítica entre Israel e Irán ha encendido las alarmas en los mercados energéticos del mundo. 

Durante el fin de semana, la ofensiva aérea israelí dirigida a infraestructura nuclear y posiciones militares clave en Irán incluyó activos energéticos estratégicos, desatando temores sobre el suministro global de combustibles fósiles.

El ataque, que incluyó bombardeos a al menos dos plantas de procesamiento de gas y dos depósitos de combustible, representa una escalada significativa en el conflicto. Esta acción no sólo afecta la capacidad productiva del régimen iraní, sino que trasladó la inestabilidad regional a los mercados internacionales de petróleo, generando volatilidad en los precios del crudo y tensiones entre los principales importadores de energía.

La atención de analistas y operadores energéticos se ha volcado hacia el Estrecho de Ormuz, una vía fluvial de apenas 34 kilómetros de ancho al sur de Irán, por donde circula cerca del 20% del petróleo y del gas natural licuado (GNL) del mundo. Cualquier interrupción en esta zona podría tener consecuencias críticas para el suministro global.

Aunque el tráfico marítimo en el estrecho continúa operando con relativa normalidad, persisten los temores de un posible cierre. Irán ha amenazado en el pasado con bloquear el paso como represalia ante acciones militares, y si bien este escenario se considera poco probable, sigue siendo una variable clave en los cálculos del mercado energético.

De acuerdo con datos recientes, Irán produjo en mayo alrededor de 3.4 millones de barriles diarios de petróleo, de los cuales exportó aproximadamente 1.7 millones, es decir, el 1.6% de la demanda mundial y China figura como su principal comprador.

De acuerdo con información de Lloyd’s List Intelligence, que monitorea el tráfico marítimo, los buques continuaron cargando en el Golfo durante el fin de semana, aunque muchos petroleros que normalmente operan en puertos iraníes permanecieron a mayor distancia como medida preventiva.

 Por su parte, la Oficina de Operaciones Comerciales Marítimas del Reino Unido (UKMTO) reportó múltiples interferencias electrónicas en el Golfo y el Estrecho de Ormuz, un indicio más de la creciente tensión en la región.

El conflicto añade una nueva capa de incertidumbre en un momento en que el mercado petrolero ya enfrenta presiones por la transición energética, los recortes de producción de la OPEP+ y el incremento de la demanda en países asiáticos. Con Irán en la mira, la estabilidad de uno de los principales corredores energéticos del planeta pende de un hilo.

María Fernanda Navarro

María Fernanda Navarro

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