Pemex como eje de la política energética en México: prioridad nacional bajo el gobierno de Sheinbaum

El 11 de junio de 2025, el gobierno federal reafirmó a Pemex como eje de la política energética en México, destacando aumentos en ventas y esfuerzos contra el huachicol.

Hace 7 horas
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El 11 de junio de 2025, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum reafirmó públicamente su compromiso con Petróleos Mexicanos (Pemex) como eje de la política energética en México, destacando su papel central en la producción y comercialización de combustibles. Durante los primeros cuatro meses del año, la administración canalizó apoyos sustantivos a la petrolera estatal, impulsando un incremento del 15% en ventas de gasolina, gracias a estrategias intensificadas contra el robo de combustible (huachicol).

Pemex: símbolo estratégico y prioridad presupuestal

La prioridad otorgada a Pemex no es nueva, pero bajo la presidencia de Sheinbaum adquiere una dimensión renovada. En línea con la continuidad de la llamada “soberanía energética” iniciada durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, el gobierno destinó en el primer cuatrimestre de 2025 miles de millones de pesos en financiamiento y respaldo fiscal a la empresa productiva del Estado.

En cifras concretas, Pemex registró un aumento del 15% en la venta de gasolina, atribuible a una reducción sostenida en pérdidas por robo de combustibles. Este logro ha sido resultado de un fortalecimiento institucional en seguridad operativa, un mejor monitoreo de ductos y colaboración con las fuerzas armadas, continuando la estrategia militarizada heredada del sexenio anterior.

Además, la Secretaría de Energía (SENER) y Hacienda han reiterado que el apoyo a Pemex es parte de un “modelo de autosuficiencia energética responsable”, el cual busca reducir la dependencia de las importaciones y consolidar a México como productor clave en América Latina.

Implicaciones económicas y sociales del modelo centrado en Pemex

El reforzamiento de Pemex en 2025 ocurre en un contexto desafiante: la transición energética global, la volatilidad de precios del crudo, la presión de los mercados por una mayor descarbonización, y las metas climáticas a las que México está suscrito mediante el Acuerdo de París. Aun así, el gobierno federal insiste en que Pemex debe ser una palanca para el desarrollo nacional, no solo económico, sino también tecnológico e industrial.

Este modelo tiene sus detractores: especialistas en energía han advertido que seguir apostando por los hidrocarburos podría retrasar la adopción de energías limpias. Sin embargo, otros expertos apuntan que el fortalecimiento de Pemex no necesariamente excluye una política paralela de diversificación energética, siempre que se planteen plazos y estrategias integrales.

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En ese sentido, el Plan Nacional de Energía 2025–2030, que Sheinbaum presentará en los próximos meses, será clave para entender cómo se articularán el petróleo, la electricidad renovable y la eficiencia energética en una visión a largo plazo.

Desafíos operativos y perspectivas futuras para Pemex

Aunque Pemex sigue siendo el mayor activo del Estado mexicano, enfrenta desafíos estructurales considerables:

  • Una deuda financiera superior a los 100 mil millones de dólares,
  • Costos crecientes por refinación y producción,
  • Necesidades urgentes de inversión en infraestructura y exploración,
  • Y una creciente competencia en mercados internacionales más descarbonizados.

Pese a ello, los resultados positivos en ventas y reducción del huachicol abren una ventana de oportunidad. Analistas del sector energético coinciden en que, si el gobierno logra equilibrar el apoyo financiero con una mayor eficiencia operativa y transparencia, Pemex puede ser viable en el mediano plazo.

Entre las propuestas que suenan con más fuerza para modernizar la empresa se incluyen:

  • La revisión del modelo de gobernanza de Pemex,
  • La digitalización de sus procesos logísticos y administrativos,
  • Y una mayor apertura a alianzas público-privadas en proyectos estratégicos como fertilizantes o producción de hidrógeno azul.

Lo que revela esta estrategia energética

  • Pemex sigue siendo la columna vertebral de la política energética mexicana, incluso bajo una presidencia que se ha identificado con causas climáticas y ambientales.
  • La lucha contra el huachicol muestra resultados tangibles que podrían fortalecer la percepción pública de la gestión estatal.
  • El enfoque actual privilegia la estabilidad energética nacional por encima de presiones externas por una descarbonización acelerada.
  • Se avecina una nueva etapa donde Pemex tendrá que demostrar no solo lealtad al interés nacional, sino capacidad técnica y sostenibilidad financiera.

Pemex y el futuro energético de México: ¿resistencia o transformación?

Pemex como eje de la política energética en México representa más que una tendencia: es una herramienta de transformación que merece atención crítica y propositiva. A medida que los desafíos actuales exigen respuestas sólidas, urge una reflexión informada y acciones concretas desde todos los sectores. Fortalecer a Pemex no debe ser sinónimo de estancamiento, sino un paso estratégico dentro de una visión nacional moderna, integral y sostenible.

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