Bicicleta, el vehículo silencioso de la transición energética

Cada 3 de junio se celebra el Día Mundial de la Bicicleta, una fecha promovida por la ONU a partir del año 2018 y que busca visibilizar este medio de transporte como una alternativa sostenible, saludable y accesible. En un momento en que el planeta enfrenta una transformación energética profunda, el papel de la bicicleta —en especial, los modelos eléctricos— cobra renovada relevancia.

Según una reciente encuesta difundida por Statista, los países con mayor proporción de usuarios frecuentes de bicicleta son: Países Bajos (50%), Dinamarca (44%) y Alemania (27%), donde al menos una cuarta parte de la población la utiliza dos o más veces por semana. Si bien en América Latina aún se registran cifras más bajas, Bogotá, Ciudad de México y Santiago de Chile han incrementado su infraestructura ciclista y sistemas públicos de bicis eléctricas.

En el caso de México, el uso de la bicicleta ha crecido en zonas urbanas densas como CDMX, Guadalajara y Monterrey, impulsado por redes como Ecobici y planes municipales de movilidad activa. Por su parte, el Plan Integral de Movilidad 2023–2030 contempla el fortalecimiento de ciclovías y la integración de bicicletas eléctricas a estaciones multimodales, en línea con los objetivos de reducción de emisiones en el transporte.

La bicicleta, además de eficiente en espacio y recursos, puede ser una aliada importante en la electrificación del transporte urbano. Su consumo energético es mínimo y, en el caso de las versiones eléctricas, pueden recargarse con paneles solares o redes limpias, reduciendo así la dependencia de combustibles fósiles. Esto convierte a las bicis eléctricas en una alternativa real para tramos cortos, logística urbana —por ejemplo, de última milla— o conectividad intermodal.

En tiempos donde la movilidad sostenible es prioridad global, la bicicleta representa una solución de alta eficiencia para ciudades resilientes y con baja huella de carbono. Apostar por su adopción masiva —junto con el transporte eléctrico colectivo— es también apostar por un futuro más limpio, saludable y justo.