Un nuevo paradigma: autonomía tecnológica y relocalización
La soberanía tecnológica es la fuerza motriz de una nueva era en que gobiernos, empresas e inversores buscan reducir su dependencia de potencias extranjeras —como China o Estados Unidos— y recuperar el dominio local sobre capacidades estratégicas. En paralelo, la relocalización o reshoring / nearshoring gana terreno como estrategia para acercar la producción y la innovación a los mercados de origen. Este artículo analiza ese impulso creciente, ilustrado con ejemplos actuales como la apuesta europea por “AI factories” y las inversiones de gigantes financieros como JPMorgan.
1. ¿Por qué ahora la soberanía tecnológica es crítica?
1.1 Riesgos estructurales y geopolíticos
Las últimas cadenas globales han demostrado ser frágiles: pandemias, disputas comerciales, sanciones tecnológicas y competencia entre bloques han creado rupturas en el suministro de semiconductores, baterías, maquinaria de punta e insumos críticos. Muchas economías quedaron desprotegidas ante interrupciones o contingencias externas.
La capacidad para procesar datos, fabricar chips, montar centros de datos o ensamblar componentes con estándares locales se transforma en la nueva línea de defensa estratégica. Un estudio reciente propone que la soberanía digital no es solo un ideal ideológico, sino una necesidad técnica: implica asegurar un acceso continuo a capacidades tecnológicas confiables (dependable technological capabilities) para almacenamiento, procesado y transmisión de datos dentro de jurisdicciones seguras.
1.2 La presión desde las grandes potencias
China, por ejemplo, ha estructurado políticas industriales ambiciosas como Made in China 2025, orientadas a dominar sectores como semiconductores, robótica y tecnologías de la información. Occidente, a su vez, observa esto con preocupación y rediseña sus estrategias para no quedar subordinado en eslabones clave.
En el Parlamento Europeo ya ha prosperado una propuesta de resolución centrada en la “soberanía tecnológica europea y las infraestructuras digitales”. También la Comisión Europea promueve normativas e inversiones (por ejemplo, el Chips Act) para fortalecer la autonomía tecnológica regional.
2. Relocalización (reshoring / nearshoring) como herramienta de soberanía
2.1 Definiciones básicas
- Reshoring: traer de vuelta a la economía nacional actividades de producción o ensamblaje que antes se habían externalizado al extranjero.
- Nearshoring: acercar esas actividades a países próximos o en la misma región geográfica, aunque no haya un retorno total al país origen.
Ambas opciones buscan reducir riesgos en logística, control de calidad, tiempos de transporte y exposición a shocks externos.
2.2 Beneficios esperados
- Mayor control de la cadena de suministro
- Menor vulnerabilidad regulatoria o comercial externa
- Incremento de empleo y desarrollo tecnológico local (aunque en muchas ocasiones en perfiles más especializados)
- Agilidad para innovar y adaptar productos al mercado local
Un informe de la OCDE advierte cautela: la relocalización no implica un retorno masivo de empleos no calificados, sino más bien inversión en capital, automatización y actividades de mayor valor agregado.
2.3 Limitaciones y desafíos
- Costos laborales y fiscales más altos que en países de bajos costes
- Necesidad de inversión en infraestructuras, capacitación y ecosistemas de innovación
- Riesgo de que la relocalización sea parcial y no logre recuperar todas las capacidades perdidas
- Competencia entre regiones por atraer inversiones relocalizadas
En general, la relocalización es un complemento, no un sustituto completo de la globalización productiva.
3. Casos emblemáticos: “AI factories” y JPMorgan
3.1 Iniciativa europea de “AI factories”
La Unión Europea lanzó en 2024–2025 un programa de impulso para desplegar “AI factories” —centros de innovación, capacidad de cómputo y desarrollo de inteligencia artificial distribuidos geográficamente— con el objetivo de reducir la dependencia tecnológica externa.
Estas fábricas de IA combinan recursos como potentes infraestructuras de computación, acceso a datos, algoritmos y talentos para fomentar el desarrollo de modelos de inteligencia artificial confiables y alineados con regulaciones europeas.
Según las noticias, la Comisión contempla la construcción de varias AI gigafactories con decenas de miles de GPUs para competir con EE. UU. y China.
Este modelo busca relocalizar no solo hardware y data centers, sino también conocimiento, talento y desarrollo local dentro del bloque europeo.
3.2 La apuesta de JPMorgan
Aunque JPMorgan no habla en los mismos términos de “soberanía tecnológica”, su estrategia ilustra cómo actores privados también apuestan por la proximidad tecnológica. El banco ha asignado fondos para apoyar cadena de suministro avanzada, manufactura crítica, robótica, tecnologías cuánticas y autonomía energética.
Además, en un reporte reciente, se menciona que JPMorgan está observando la adopción de IA como una capa transversal que transforma servicios antes humanos.El plan de inversión privilegia sectores estratégicos que tradicionalmente dependen fuertemente de cadenas globales.
Este tipo de acción privada complementa la lógica estatal de soberanía tecnológica, al internalizar capacidades clave dentro de empresas que prefieren menos exposición a proveedores externos.
4. Implicaciones estratégicas para gobiernos y empresas
4.1 Rol del Estado como arquitecto
Para que la soberanía tecnológica y la relocalización funcionen, los gobiernos deben actuar como arquitectos y facilitadores:
- Definir qué capacidades son estratégicas (chips, IA, nube, telecomunicaciones)
- Establecer incentivos fiscales, financiamiento público-privado y asociaciones
- Proteger mercados locales cuando sea pertinente (por ejemplo, reservando parte de la contratación pública para tecnologías soberanas)
- Asegurar normativas de interoperabilidad, estándares abiertos y regulaciones que no favorezcan únicamente proveedores externos
- Fomentar la capacitación tecnológica y la formación de talento local
4.2 Riesgos para las empresas
Las compañías que opten por relocalizar deben asumir ciertos costos y reorganizaciones:
- Costos de reinversión en infraestructura
- Necesidad de modernización tecnológica (automatización, redes, digitalización)
- Cultivar ecosistemas de proveedores locales y escala suficiente
- Riesgo de que las inversiones queden desactualizadas frente al ritmo acelerado de innovación
4.3 Hacia una arquitectura híbrida de cadenas tecnológicas
Ni la relocalización ni la soberanía implican un aislamiento total. La tendencia emergente es hacia cadenas tecnológicas híbridas: regionales, resilientes, diversificadas, donde no todo dependa de un solo centro de producción.
Por ejemplo, una empresa podría producir componentes de hardware en regiones cercanas (nearshoring), pero mantener nodos de innovación en hubs con talento especializado, mientras usa redes de datos seguras en jurisdicciones alineadas con sus estándares regulatorios.
Soberanía tecnológica: el camino hacia la independencia estratégica
La conjunción entre soberanía tecnológica y relocalización (reshoring / nearshoring) representa una estrategia indispensable en la nueva configuración global. Los gobiernos y las empresas que no adopten esta agenda corren el riesgo de quedar atrapados en dependencias estructurales. Las “AI factories” europeas y las inversiones estratégicas de actores como JPMorgan muestran caminos reales hacia ese propósito. Pero lograrlo exigirá voluntad política, inversión sostenida, visión de largo plazo y entendimiento preciso de qué capacidades deben residir localmente y cuáles pueden coexistir en redes abiertas estratégicamente seleccionadas.
Te invito a leer:
Ejército reforzará estatus del gran (y opaco) contratista del país