Tu guardarropa está hecho de petróleo: cómo la petroquímica moldea la moda sostenible

Aunque la industria textil promueve la sostenibilidad, muchas fibras, tintes y tejidos aún dependen del petróleo. Este artículo revela cómo la petroquímica continúa siendo clave en la moda contemporánea, incluso en las propuestas más ecológicas.

Hace 7 horas
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El lado oculto de tu ropa: petróleo como materia prima

Cuando se habla de moda sostenible, la conversación suele centrarse en tejidos orgánicos, reciclaje textil o condiciones laborales. Sin embargo, hay un componente estructural que rara vez se menciona: el petróleo. Gran parte del guardarropa moderno depende de materiales sintéticos derivados del crudo. Esto no solo plantea preguntas sobre sostenibilidad, sino que revela una compleja red entre la industria petroquímica y la moda global.

Pocas personas piensan en el petróleo al elegir una camiseta o un abrigo. Sin embargo, una porción significativa de la ropa que usamos proviene, directa o indirectamente, de la industria petroquímica. Desde el poliéster de las camisetas deportivas hasta los tintes que dan color a las prendas, el petróleo está incrustado en el tejido mismo de la moda contemporánea. Esta realidad plantea un dilema: ¿puede la moda ser realmente sostenible si depende de recursos fósiles?

Más del 60% de los materiales textiles producidos globalmente son sintéticos, y el poliéster representa alrededor del 52% del total. Este polímero derivado del petróleo domina el mercado gracias a su bajo costo, durabilidad y versatilidad, pero también a costa de impactos ambientales persistentes, como las microfibras que terminan en los océanos.

De las refinerías a las pasarelas: la cadena petrotextil

El vínculo entre petróleo y ropa comienza en los complejos industriales donde se refinan hidrocarburos. De ahí se derivan compuestos como etileno, propileno o benceno, que son la base de materiales como el poliéster, el nailon, el acrílico o el elastano. Estos polímeros se hilan en fibras textiles y, posteriormente, se convierten en prendas presentes en tiendas de todo el mundo.

Además de las fibras, otros componentes del proceso de confección también tienen origen petroquímico. Los colorantes, acabados repelentes al agua, agentes antiarrugas, adhesivos y recubrimientos son frecuentemente derivados de compuestos fósiles. Incluso los hilos utilizados para coser, las etiquetas o los empaques tienen componentes plásticos.

Empresas como Indorama Ventures, una de las mayores productoras de poliéster en el mundo, extraen su ventaja competitiva directamente de la industria del petróleo. Mientras tanto, gigantes de la moda rápida como Zara o H&M aún dependen en gran medida de fibras sintéticas para mantener sus ritmos de producción y precios bajos.

Sostenibilidad en disputa: ¿es posible una moda libre de petróleo?

Ante la presión por reducir emisiones y residuos, la industria textil ha lanzado numerosas iniciativas “verdes”. El reciclaje de botellas PET para hacer fibras, los tejidos a partir de residuos plásticos marinos o las colaboraciones con startups de biotecnología son algunas de las estrategias adoptadas. Sin embargo, estas soluciones suelen mantener al petróleo en el ciclo, aunque sea en forma reciclada.

La paradoja se vuelve evidente: muchas marcas etiquetadas como sostenibles comercializan productos hechos de poliéster reciclado, el cual proviene originalmente del petróleo. Aunque esta estrategia evita que botellas plásticas terminen en vertederos, no elimina la dependencia del recurso fósil ni garantiza la biodegradabilidad del producto final.

Por otro lado, algunas fibras naturales como el algodón también enfrentan críticas ambientales. Su cultivo intensivo exige grandes cantidades de agua, pesticidas y tierras agrícolas. La seda, el lino y el cáñamo tienen mejor perfil ecológico, pero aún no alcanzan escalas de producción competitivas frente a los polímeros sintéticos.

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El sector textil es responsable del 4% de las emisiones globales de CO₂, y el uso de materiales derivados del petróleo constituye una parte relevante de esa huella.

Innovación: biotextiles y caminos hacia la despetrolización

Algunos actores emergentes trabajan para romper la dependencia del petróleo en la moda. Startups como Bolt Threads o Spinnova desarrollan fibras a partir de micelio (hongos) o celulosa regenerada, con resultados prometedores. También se experimenta con fibras bacterianas y bioplásticos que podrían reemplazar progresivamente al poliéster o nailon.

Marcas como Stella McCartney, en colaboración con Adidas y la empresa de biotecnología Ecovative, han impulsado prendas y calzado hechos a partir de cuero vegetal o micotextiles. Aunque estas iniciativas son aún minoritarias, abren un camino hacia un diseño más desacoplado del petróleo.

Sin embargo, la adopción de estos materiales sigue siendo incipiente, costosa y sujeta a limitaciones de escala. Las cadenas de suministro aún están profundamente integradas con la petroquímica, y transformar ese modelo requiere inversiones considerables, voluntad política y consumidores informados.

Ropa, petróleo y elecciones personales: el futuro del armario sostenible

Comprender que el petróleo está en tu ropa no es un ejercicio de alarma, sino un llamado a la conciencia. La petroquímica ha hecho posible una industria textil globalizada, pero también ha perpetuado una lógica de consumo insostenible. A medida que la moda busca reinventarse, la verdadera sostenibilidad exigirá algo más que campañas verdes: requerirá transformar los materiales, los procesos y también las decisiones de consumo.

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