México continúa acelerando en la ruta hacia la movilidad sostenible. De acuerdo con el Barómetro de la Asociación Mexicana de Electromovilidad (EMA), durante el primer trimestre del año se realizaron 4.96 millones de trayectos en vehículos eléctricos e híbridos enchufables, lo que representa un crecimiento sostenido en la adopción de tecnologías limpias en el transporte.
El documento, considerado una referencia técnica para el sector revela que, tan solo en el primer trimestre de 2025, los vehículos eléctricos recorrieron más de 66 millones de kilómetros, una cifra récord que refleja el interés creciente tanto de usuarios particulares como de empresas por alternativas más eficientes y con menor huella de carbono.
Las cifras de ventas son contundentes: 2,964 vehículos totalmente eléctricos (EV) y 2,435 híbridos enchufables (PHEV) fueron comercializados entre enero y marzo de este año. Estas cifras representan un avance respecto al mismo periodo de 2024, y posicionan a México como uno de los mercados emergentes con mayor dinamismo en el sector.
La industria también ha detectado una mayor participación de flotas corporativas y gubernamentales, especialmente en la renovación de vehículos de reparto y transporte urbano.
Retos en infraestructura y financiamiento
A pesar de este avance, la EMA señala que persisten retos clave que podrían acelerar aún más la electromovilidad en el país. Uno de ellos es la infraestructura de recarga, que todavía presenta brechas importantes, especialmente fuera de los grandes centros urbanos.
Además, el financiamiento especializado y el acceso a incentivos fiscales continúan siendo determinantes para ampliar la base de usuarios. La participación activa del sector financiero y el impulso de políticas públicas son elementos clave para robustecer la cadena de valor de los vehículos eléctricos.
El crecimiento de la electromovilidad representa una oportunidad estratégica para empresas del sector energético, tecnológico y automotriz. Desde el desarrollo de redes inteligentes de carga hasta la integración de energías renovables en el transporte, la transición hacia una movilidad eléctrica redefine las cadenas de valor y demanda colaboración entre actores públicos y privados.
México se perfila como un nodo clave en Latinoamérica para la producción, consumo y exportación de vehículos eléctricos. La convergencia entre innovación, inversión e infraestructura será esencial para consolidar este avance en los próximos años.