El Dilema del Agua: El Costo Hídrico Oculto detrás del Hidrógeno Verde

La producción de hidrógeno verde, aclamada por su limpieza, oculta un alto costo hídrico. Este editorial analiza el dilema del agua en México, un país con estrés hídrico, cuestionando la viabilidad de proyectos a gran escala y urgiendo a integrar la gestión del agua en la estrategia nacional de hidrógeno para una transición energética verdaderamente sostenible.

Hace 34 minutos
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El Lado B del Hidrógeno Verde: Un Consumo Hídrico Poco Discutido

El hidrógeno verde, a menudo promocionado como la solución sostenible para la transición energética, presenta un lado menos discutido: su elevado consumo hídrico. En México, donde la escasez de agua es un problema crítico, la producción de hidrógeno a través de la electrólisis requiere grandes cantidades de agua, lo que plantea serias preguntas sobre la viabilidad y sostenibilidad de esta alternativa energética.

Este aspecto, frecuentemente pasado por alto en los discursos sobre energías limpias, subraya la necesidad de un enfoque más equilibrado y consciente que considere no solo los beneficios ambientales del hidrógeno verde, sino también su impacto en los recursos hídricos y en las comunidades que dependen de ellos.

El hidrógeno verde se ha posicionado como un pilar fundamental de la transición energética global. Su promesa es sencilla y atractiva: producido con energías renovables y agua, su combustión solo emite vapor, eliminando las emisiones de carbono. Sin embargo, en medio del entusiasmo por esta tecnología, se ha relegado a un segundo plano un factor crítico y a menudo olvidado: el costo hídrico. La electrólisis, el proceso clave para la producción de hidrógeno, requiere grandes cantidades de agua purificada, lo que plantea un dilema significativo, especialmente en regiones ya afectadas por la escasez de agua.

En un país como México, donde la sequía y el estrés hídrico son una realidad en gran parte del territorio, la adopción masiva de proyectos de hidrógeno verde sin una estrategia hídrica robusta podría exacerbar las tensiones sobre un recurso ya limitado. Mientras celebramos la posibilidad de producir energía limpia, debemos preguntarnos: ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestras reservas de agua potable para alimentar la descarbonización industrial?

México: Entre la Oportunidad Energética y la Escasez de Agua

El potencial de México para la producción de hidrógeno verde es innegable. Sus vastos recursos solares y eólicos, especialmente en el norte y el sureste, lo convierten en un candidato ideal para convertirse en un líder en este mercado emergente. Sin embargo, estas mismas regiones, como el desierto de Sonora y el noreste del país, son precisamente las que sufren de la mayor escasez de agua.

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La ecuación es clara: un proyecto de un gigavatio de electrólisis puede consumir entre 10 y 14 millones de litros de agua al día. Multiplicado por los ambiciosos planes de crecimiento, esto se traduce en una demanda que podría competir directamente con el consumo humano y agrícola.

Ignorar este dilema sería un error estratégico. No se puede construir una transición energética verdaderamente sostenible sobre la base de un recurso insostenible. La viabilidad a largo plazo de los proyectos de hidrógeno en México depende de la integración de la gestión del agua en su diseño. Esto implica considerar fuentes de agua alternativas, como la desalinización de agua de mar en las zonas costeras, y la implementación de tecnologías de reutilización y tratamiento de aguas.

Urge una Estrategia Nacional de Hidrógeno y Agua

El camino a seguir requiere una visión integral. La estrategia nacional de hidrógeno de México no puede ser una simple hoja de ruta energética; debe ser, en esencia, una estrategia hídrica. Es imperativo que las políticas públicas y los incentivos económicos para el desarrollo del hidrógeno estén condicionados a un uso eficiente y responsable del agua. Los proyectos deben priorizar la ubicación en zonas donde el impacto hídrico sea mínimo y explorar de manera obligatoria el uso de agua no potable o soluciones circulares.

El debate no es si debemos o no producir hidrógeno, sino cómo lo hacemos de manera ética y sostenible. La promesa del hidrógeno verde es inmensa, pero su realización no puede venir a expensas de un bien tan fundamental como el agua. Solo al abordar de frente este dilema del agua podemos asegurar que el hidrógeno no solo nos libere de la dependencia de los combustibles fósiles, sino que también contribuya a un futuro más justo y resiliente para todos.

Propuestas para la Estrategia Nacional de Hidrógeno y Agua

  1. Valuación de Recursos Hídricos
  2. Tecnologías de Electrólisis Eficientes
  3. Uso de Agua Residual
  4. Gestión Integrada de Recursos
  5. Educación y Conciencia Pública
  6. Incentivos y Regulaciones
  7. Investigación y Desarrollo
  8. Monitoreo y Evaluación

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